Capitulo 1: ¿Qué tan patético puedo ser?

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-Bien entramos en la zona del titán- dije por el micrófono.

-Si, si ya todos estamos listos- me dijo una voz -¿Akira? ¡Akira!- desperté de golpe, llevábamos más de cinco horas jugando Smite.

-Si, si, tsk, no me grites- le dije de mal humor.

-Aquí Artemisa, lista para matar el titán- me dijo una chica.

-Bien, bien, y... ya está, chicos, oficialmente vencimos a 20 grupos seguidos- les dije algo alegre y cansado, todos los demás gritaban felices –Bien, bien me despido, tengo instituto en tres horas en patético y burdo mundo 3D, adiós- dije.

-Adiós- me corearon los otros cuatro.

Puse la alarma en el reloj, estaba agotado, hoy jugamos muy bien y me alegraba eso, ahora tenía que ir a este patético mundo, caí rendido en mi cama y dormí media hora cuando tuve que levantarme, que despreciable es el mundo, si todo el mundo se moviera únicamente por robot controlados por internet para no tener que salir de casa, sería el paraíso. Hola, soy Akira Satoshi, tengo diecisiete, y en poco menos de 348 días cumpliré dieciocho, sol alto, mi pelo es café oscuro al igual que mis ojos, uso gafa, mi visión es patética, soy como ya vieron, un gamer, pero a la vez soy el nerd otaku del instituto, conocido por todos por titulo, marginados porque ni saben que soy yo, soy el tipo de persona que es floja por naturaleza, aún así no soy flaco, digamos, contextura media y pese a ser vago, tengo mis musculitos, es la bendición de tener buena genética.

Hoy es el primer día de clases y tengo una flojera que ni se diga pero bueno, un chico nerd tiene que hacer lo que chico nerd tiene que hacer, y si quiero seguir siendo el nerd tengo que ir al instituto, aunque no lo crean, llevo el titulo con honor.

Me levanté cansado, si tan solo pudiera dormir pero no, me fui a bañar y luego me puse mi uniforme, una camisa blanca, con una corbata gris, saco negro, pantalón negro, zapatos grises y por mi gusto, una bufanda gris y salí de mi cuarto.

-¡Hemanooooo!- gritó el pesado de Haru, abrazándose a mí.

-Haru, suéltame- le dije intentando quitármelo.

-Hermano tonto, hermano tonto, no has jugado conmigo, juega conmigo- me decía, por dios para tener quince, es como un niño pequeño, es como yo pero un poco más joven.

-No, otro día, ahora suéltame o...- le dije poniendo mi cara sádica.

-¿O?...- preguntó muy preocupado, ja, siempre funciona.

-Te violo- le dije con toda la mala leche del mundo.

-Noooooo- gritó asustado corriendo a la cocina, definitivamente, para tener quince, es como un niño de diez –Mamá, Akira me quiere violar- gritaba en la cocina y cuando llegué.

-Si, si, si- decía gentil –Akira- me dijo con tono de reproche –No asustes a Haru con esas cosas- me dijo pero no parecía enojada, sino agraciada, a ella también le daba gracia que Haru cayera en cosas como esa.

-Ajá, lo haría si se comportara de su edad- le dije.

-Idiota, que no vez que así le gusto a las chicas- me dijo sacándome la lengua –No mes que yo soy... lindo- decía brillándole los ojos.

-A mi me pareces estúpido- le dije.

-¡Mamá!- gritó Haru de nuevo.

-Si, si, ya me cayo- le dije ara que terminara todo.

Luego de que comí me fui, no me voy con mi hermano porque él entra más tarde, estaba en la entrada de mi casa cuando...

-¡Akiraaaaaa!- Dios ¿Por qué todas las personas a mi alrededor me gritan? Que fastidio, Shun me rodeó con sus brazos y se recostó sobre mi espalda -¿Cómo anda mi mejor gamer amigo?- me preguntó.

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