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Un balbuceo incomprensible se escucha a lo lejos
¡Bar-bar!, gritan aquí y allá,
¡bar-bar!, y nadie los escucha.

Sordos a las súplicas se esconden tras corbatas,
cual Dioses, al mundo intentan dominar.
Soríen a los flashes, ocultando su otra faz,
ignorando a los que gritamos: ¡bar- bar!

El bifrontismo de sus vidas es ya más que evidente,
¿Las promesas?, olvidadas, rotas, sepultadas...
¿Nuestro mundo de utopía? perdido entre palabras...
al pueblo han defraudado, y su bolsillo han engordado.

¡Bar-bar!, dicen los niños sin hogar,
¡Bar-bar!, los que ya no pueden más,
es nuestro grito de guerra, el que no quieren escuchar,
nos ignoran y reponden con sangre, ¡tirar a matar!

¿En quién confiar si todo es tan confuso?
Hombres-corazones de granada,
lobos vestidos de mujeres,
los buenos, no son tan buenos y los malos son aún peores.

¿Dónde quedaron los cuentos de niños,
las bellas historias y finales felices?
¿A dónde se fueron los días tranquilos,
las tardes de sábado y domingos bohemios?

Y ¿somos nosotros los bárbaros?
Y ¿es a nosotros a quienes tienen que callar?
los corderos serán sordos, pero el pueblo no es ciego.
¡Así nunca habrá paz!, ¡Jamás van a ganar!

Aún queda mucho por hacer, todo esto va a cambiar,
niños, mujeres y hombres, volverán a estar en paz,
cuando se escuche por todo lo alto,
este estruendo que dice ¡BAR-BAR!

Poesía lunarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora