XIII

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¿Acaso no te cansas de halar la cuerda, cada vez que estoy apunto de soltarme?
Dejas que me aleje lentamente, lo suficiente para pensar que soy libre, pero no es así. Sólo es un espejismo de mi vida sin ti.
Cada vez que me atraes hacia ti te aseguras de reforzar los nudos y vuelves a vendar mis ojos. Silencias mis reproches con besos venenosos y borras mi memoria con caricias embriagadoras.
Por un momento te creo de nuevo, por un instante me finges volver a amar, me llenas de besos y falsos te quieros, hasta el vil momento que me vuelves a soltar.
¿Acaso no te cansas de halar la cuerda cada vez que estoy apunto de olvidarte?
Porque yo no me he cansado, no me he cansado de esperar, de esperar a que hales la cuerda y otra vez, otra vez finjas... volverme amar.

Poesía lunarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora