Frank Zhang y Clarisse de la Rue

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Clarisse
La hija de Ares se encontraba aburrida en su cabaña cuando oyó que alguien le hablaba desde el pórtico de la cabaña.

-Hola- susurro su hermano Frank desde la entrada.

-¿Qué haces aquí, Zhang?

-Es la época de intercambios entre los campamentos y Reyna me pidió que supervisará las cosas por aquí, para evitar problemas como la otra vez.

La chica suspiro exasperada, un pequeño accidente con uno de los hijos de Victoria y ya tachaban a toda la cabaña de busca pleitos (cosa que era verdad, pero le molestaba que lo supieran tan rápido)
Frank entro a la cabaña y se fue directamente a una de las camas desocupadas del fondo.
Clarisse normalmente no se molestaría si fuera cualquier otro de sus hermanos, pero el era un romano, uno de los viejos enemigos del campamento que intento que todos los griegos cayeran y eso le resultaba algo... Incomodo.
Aunque algo así había pasado antes... Con Cris.
Clarisse se reprendió mentalmente, odiaba pensar tanto en su novio cuando se iba al campamento Romano, parecía una hija de Afrodita.

-Iré a entrenar- pensó en voz alta.
Mientras tomaba sus cosas Frank también se levanto.

-Voy contigo.

-¿Qué?

-Ya he peleado con todos nuestros hermanos de aquí menos contigo- dijo Fank mientras se encogía de hombros.

Era cierto que ella también había retado a todos sus hermanos griegos y nunca había peleado contra uno romano, mucho menos una de una gran profecía (y las veces en las que había dejado a Percy comiendo lodo en captura la bandera no contaban, normalmente eran parte del plan de Annabeth)
El poder derrotar a uno de sus hermanos más fuertes si que demostraría quien es ella.

-De acuerdo- dijo mientras salía de la cabaña.

Frank

Hazel le había dicho a Frank que pasara un poco de tiempo con sus hermanos de la cabaña 5 para evitar más desastres como el incendio de la cabaña 20.
El chico seguía a la jefa de la cabaña 5, no sabía mucho de ella, solamente que era la chica más agresiva del campamento y que tenía un cuarto odio hacia Percy.
Pero Frank creía que si lograba tenerla de su lado podría evitar que muchos romanos terminarán en la enfermería.
Todo el camino se fueron en silencio, la tensión que hace minutos se sentía en la cabaña pareció hacerles compañía.
Al llegar a la arena notaron que no había casi nadie, salvo unas tres chicos, uno se encontraba en el suelo inconsciente mientras que un chico de la enfermería le brindaba primeros auxilios y se lo llevaba a la enfermería.

-Que lloricas- dijo el tercer chico que se había quedado de pie observando partir a su víctima.

El chico vestía totalmente de cuero y tenía unos lentes de sol, sus botas de uso rudo estaban manchadas de sangre seca, estaba claro que esa no había sido su primera pelea.
Los volteo a ver con una sonrisa malisiosa, Frank pudo notar como ese gesto hizo que su hermana apretara más su lanza.

-¡Vaya!, al parecer hay mas muñecos para romper- dijo el chico.

-¿¡Quién rayos eres tu!?- gritó Clarisse.

Frank quería decirle a Clarisse que tal vez no seria buena idea atacar verbalmente a un sujeto armado manchado de sangre, cuando el sujeto empezó a carcajearse.

-¿Crees tener agallas?¿por qué no peleas conmigo y lo demuestras? Es más dejare que tu novio te ayude con el trabajo pesado- se mofó el chico.

-¿¡QUIEN DEMONIOS TE CREES, MALDITO ENGREÍDO!?- gritó la hija de Ares empuñando su lanza.

Frank vio como su hermana se lanzaba contra ese sujeto, intento detenerla pero sabia que la chica se encontraba lo bastantemente cabreada como para atacarlo a el también si se interponía.

La Rebelión del OlimpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora