Pasaron tres años. Nerea era un fantasma que vagaba por el mundo de los muertos en completa oscuridad. Las tres veces que fue al mundo real decidió no visitar a sus padres, ya que ellos suponían que estaba muerta y no quería que se asustasen al verla. Beatriz la seguía a todas partes (era increíble, no se veía nada pero aún así Beatriz siempre la encontraba). Nerea estaba desconsolada y desesperada, quería volver al mundo real, quería ver a sus padres y a sus amigos...
-Beatriz -preguntó Nerea- yo en realidad no estoy muerta, ¿verdad?
-No - contestó ella- No estás muerta, pero al estar aquí es como si lo estuvieras.
-Me refiero a que... como no estoy muerta, igual hay alguna forma de volver al mundo real. Porque no estoy muerta. Estoy viva.
-¡No! ¡No! ¡No dejaré que te vayas! Además, no puedes irte, es imposible, nadie puede salir de aquí.
-Eso es lo que tú te piensas. Pero yo voy a buscar ayuda. Buscaré a algún fantasma que sepa algo sobre esto. Y buscaré y buscaré hasta que lo encuentre.
Dicho esto, Nerea se fue a buscar a dicho fantasma. Estuvo mucho tiempo buscando, hasta que de repente, se chocó con una persona, bueno, un fantasma.
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La casa en el campo
HorrorA Nerea siempre le ha gustado aquella casa de campo... esa pequeña y misteriosa casa... esa terrorífica casa...