Dos Meses habían transcurrido sin señales de Gabriel, Amairani no había parado de buscarlo pero todo era inútil, no sentía su energía, había ido al lugar de la batalla pero no había encontrado nada, los días habían sido una tortura para ella cada noche lloraba y Grecia con sus comentarios culpándola agrandaban la herida su único apoyo había sido Zarine, se habían vuelto muy buenas amigas, el viaje se había prolongado porque llegar al castillo del rey no era fácil había Ángeles por doquier así que planeaban muy bien a donde ir, lo bueno era que ya faltaba poco.
-buenos días chicas- dijo Domine sonriente
todas respondieron sonriendo menos Amairani hacia tiempo había dejado de sonreír, lucia triste, apagada
-les traigo buenas noticias en unos días si todo sale bien llegaremos con el rey- dijo Domine triunfante
Zarine
intentaba parecer alegre pero la enorme tristeza en su corazón cada día se agrandaba se había enamorado irremediablemente de Gabriel y ahora saber que estaba muerto le dolía, la esperanza de encontrarlo estaba desapareciendo ya habían pasado dos meses, aunque ella tenia conocimientos de que Gabriel amaba a Amairani eso no le impedía sufrir, ¿por que el amor era tan cruel e injusto?, el despertó esos sentimientos que ella creía no tener, con una mirada la hizo revivir y ahora cuando al final sabia quien era aquel extraño que vio hace tiempo, el Moria,
no odiaba a Amairani pues ella era tan fácil de querer, pero le hubiera bastado a Zarine con la amistad de Gabriel, pero ahora ni eso podía tener.
Grecia
sentía una enorme furia, había perdido en una noche al hombre que ella amaba y todo por culpa de Amairani, la detestaba como podía estar tan ciega y no darse cuenta de que Gabriel la amaba, como podía ella preferir a un simple humano que a ese ser tan perfecto que era Gabriel, su mente se inundaba de porqués, ¿porque Gabriel no se fijo en ella?, ¿acaso ella no era tan bella o tan inteligente?, ¿por que?,
pero de algo estaba segura, odiaría y le recalcaría cada día su muerte a Amairani.
Domine
buscaba estar ocupada no quería encontrarse con sus sentimientos, era difícil amaba al mismo hombre que amaban todas eso casi era ridículo, ya sabia que Zarine sentía algo por el, y ni hablar de Grecia que estaba hecha una furia desde hacia dos meses, aun recordaba a Francisco y sentía culpabilidad por no haberle correspondido, pero en los sentimientos ¿quien manda?, ella se había fijado en Gabriel desde que lo vio, pero ahora todo se complicaba, aunque Gabriel se resignara a dejar a Amairani con Cristian, con quien se quedaría Grecia tenia esa belleza salvaje y actitud valiente, Zarine era dulce y sus sentimientos eran simplemente maravillosos, y ella aunque estaba conciente de que tenia sus atributos, sus virtudes y defectos, sabia que no seria fácil de todos modos alguien saldría herido, y no, no se resignaba a perder a Gabriel tenia fe y sobretodo esperanza.
Amairani
se sentía en un enorme abismo del cual no había salida, había perdido a Gabriel no quería ni pensar en eso, ella no dejaría de buscarlo aunque le tomara toda la vida, Grecia se había vuelto un dolor de cabeza con sus comentarios siempre culpándola pero al final ya se estaba creyendo todo lo que le decía, su mundo se caía a pedazos, se sentía frustrada, no se resignaría a perder a Gabriel el era su mejor amigo aparte notaba que Grecia, Domine y Zarine sentían algo por el y lo que mas deseaba era ver a Gabriel feliz, NO DESCANSARÍA HASTA ENCONTRARLO.
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Gabriel sonrío y miro fijo al enorme humanoide con cabeza y cola de toro, muy fuerte y
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Amante de un corazón ajeno
RomanceEl Rey entregara el poder pero no a cualquiera habrá un desafió y solo pueden haber dos vencedores un príncipe y guardián, los 14 participantes serán transportados al reino que ellos no conocen, ahí tendrán que buscar el Diamante Blanco, pero no se...