Subí mi cuerpo en el de ella, la encerré con mis piernas, pero sin embargo no hacia ningún tipo de esfuerzo para salirse de mi, estaba quieta, solo me miraba con esos hermosos ojos grises, me embriago con la mirada, me tenia hipnotizado, sentía su respiracion mezclándose con la mía, sus labios tan rosas y deseables, daban deseos de morderlos, con su mirada penetrante tenia para que un orgasmo se presentara en mi, deje de verla, me sentía tan vulnerable a ella, eso era imposible no podía pasar eso conmigo, tenia que dejar de verla o aquí mismo mi pantalón reventaría y la llenaría de todo mi ser, me decise de su blusa rapidamente, lleve mis labios hasta su cuello, ella soltó quejidos, puse una de mis manos en su cintura, se contenía para gemir y no mojarse, valla que estaba nerviosa, pase mis besos con facilidad hasta sus pechos, eran realmente hermosos aun así no estaban desnudos completamente me exitaban, era tan fácil desplazar mis labios por su piel, era demasiado suave, escuchaba sus quejidos a cada segundo tenía que hacerla que cayera, pero no, ella solo se mantenía dispuesta a no seder, pare de besar su cuello, mi erección estaba chocando con su femenidad, me levante de su cuerpo y me encamine hasta la puerta, ella me agradeció, estaba tan confundido no entendía porque había parado, si nunca lo hacia con tal de saciar mis ganas, esto era como mi primera vez, pero eso nadie lo debía saber. Salí de allí, me diriji a mi despacho, llegue y me sente, había recordado mi primera vez, estaba igual de nervioso o talvez mas de lo normal, tenía que olvidar ese día, esa traicion, todo. Me levante de mi escritorio y fui a checar que todas las chicas estuviesen ya en su cuarto, cuando termine de checar que todo estuviera perfecto mire como Lucas salia de la habitación de la chica hermosa con una mejilla roja, estaba cabreado, Sonreí y lo hice que se detuviera.