Capítulo 9

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-Louis, buenos días y felicidades-oyó decir a su compañero de departamento, Liam Payne, desde su asiento al lado de las estanterías.

Ni si quiera se había girado aún pero este ya le había hablado en cuanto había entrado en la pequeña sala que compartían al ser profesores de lengua y literatura.

-Buenos días y muchas gracias Liam.-sonrió alegre Louis dirigiéndose a su mesa para dejar su bandolera y las cosas que llevaba en la mano.

La verdad no recordaba en que momento le había dicho a Liam que había sido su cumpleaños. Tal vez en algún momento se le había escapado, aunque por lo general él nunca decía ese tipo de cosas. No era que fueran de la incumbencia de nadie y mucho menos de su interés. 

Vio que Liam iba a decir algo en el momento en que se iba a sentar, pero no le fue posible ya que su teléfono sonó y tuvo que cogerlo.

-Buenos días dormilón.-contestó con una sonrisa sabiendo quien estaba al otro lado del teléfono.

Era Harry. Lo tenía guardado en su teléfono como ''mi gatito''. 

Sí, apenas habían empezado a acercarse y a decirse sus sentimientos, pero él ya lo sentía como si fueran una pareja. Había esperado mucho por ello.

Hoy Harry iba a llegar tarde, no despertó y Louis al verlo tan tranquilo decidió no molestarlo. Cuando dormía era muy tierno y sería horrible por su parte molestarlo. Un día era un día.

El día anterior el rizado se había tirado casi toda la noche leyendo el libro de Louis y no había dejado este hasta que le quedaron dos capítulos. Y exactamente dejó dos porque el echo de acabarse el libro lo apenaba demasiado. Era el libro de Louis dedicado a él, no era cualquier libro.

-Vete a la mierda con lo de dormilón. Te odio completamente. Y de buenos día no hay nada.- dijo Harry. 

Se le oía agitado. Debía estar yendo corriendo a la universidad. Louis supuso que estaba cabreado por no haberle llamado y haberle dejado durmiendo en casa. A Harry le gustaba demasiado la puntualidad.

-Harry venga...-dijo con una sonrisa en la cara. 

Al otro lado de la llamada de un momento a otro se oyó un sollozo.- ¿Harry? ¿Estas bien?

A Louis se le paró el corazón o eso creyó cuando oyó a Harry llorar. ¿Qué había pasado?

-Harry.- llamó el castaño desesperado.- Harry dime que estas bien.-dijo volviéndose loco por la preocupación.

Solo se oía como lloraba y al segundo se cortó.

Louis oía los sollozos de Harry retumbando en su cabeza y desesperándose volvió a llamarle miles de veces pero no contestó.

Liam se acercó y le puso una mano en el hombro.

-¿Louis estas bien? ¿Qué ocurre?-preguntó Liam al verlo tan tenso y agitado.

Louis y Liam se giraron cuando oyeron la puerta del despacho golpear contra la pared con fuerza. En esta estaba, nada más ni nada menos que Harry Styles con una camiseta negra, chaqueta con mangas claras y unas siluetas de un dinosaurio y pájaro en la parte delantera, pantalones negros y botas negras. Un millón de lágrimas corriendo por sus mejillas, labios rojos y pelo desordenado.

-Harry.- lo llamó Louis acercándose.

Harry extendió el brazo posicionándolo en el pecho de Louis e impidiendo que se acercara a él.

-No más. Se acabaron las mentiras. Se acabó el esconderse. Se acabó el herirme. Se acabó el sufrir. Se acabó el que me gustes. Se acabó absolutamente todo... Estoy harto de ser el que siempre te a querido y el que siempre a sufrido.- Louis lo miró atento y anonadado.

Harry continuó después de tragarse las lágrimas mirando fijamente al suelo y luego armándose de valor para levantar la cabeza y mirar a Louis.

-Primero tuve que aguantar tenerte como profesor y derretirme mirándote mientras que tú ni si quiera sabías que existía, luego comencé a vivir contigo, volviéndome completamente loco y confundiéndome por completo. Después tuve que aguantar a Eleanor, tu novia, con la cual vi un montón de tus fotos que no quería ver y escenas que me partían el corazón por completo. Cuando quedaste soltero tuve que aguantar de nuevo como no sabías que existía y como jugabas con migo los primeros días en los que viví contigo. Aguanté que te acostaras conmigo y por último tengo que aguantar que tengas un hijo con otra...

La expresión de Louis fue desconcertante para Harry. Este aún con lágrimas cayendo silenciosas por sus ojos, se giró y fue hacia la puerta.

Se paró un instante y de nuevo se giró para decir algo más.

-Louis. No sabes lo muy enamorado que estoy de ti. Odio estarlo, lo odio. Porque sé que tú jamás podrás darme lo mismo que yo te doy cada día de mí. Pero quiero que sepas algo. Renunciaría mil veces a mi vida por ti y solo por ti. Lo que yo siento por ti destruiría el mundo.-y se giró dejando a Louis paralizado.

Entonces entendió porque Liam lo había felicitado. El siendo padre... Él no podía ser padre. Tenía que ser un error.

Alzó su teléfono y llamó a la única persona con la cual se había acostado en las últimas semanas a parte de Harry, pero no contestó.

Mientras, Harry salía de allí sin rumbo fijo, solo quería huir, huir de su dolor, de su triste vida, de su triste amor. Quería irse y llorar, llorar por lo mucho que había luchado por Louis y por lo mucho por lo que había pasado.

Sabía que en miles de vidas que pasaran siempre sería así, de esta manera, él, tristemente enamorado de un hombre que no se atrevía a corresponderle, a amarle, que no era lo suficiente valiente...

Y Louis... Louis. Ese nombre que durante toda su estancia en aquella ciudad había oído e incluso leído por todas partes. Había cambiado su mundo. Había inspirado sus canciones, había abierto su corazón al mundo, había creado su voz, sus miradas, sus roces, Louis lo había cambiado. Y el se había reducido a unas simples dos palabras ''Louis Tomlinson''.

Ahora que corría todo lo lejos que podía veía lo loco y si sentido que era el amor. Nada se solucionaba, nada se estropeaba, era un bucle, que si no parabas acababa estrellándose contra ti mismo y te destruía. Y todos los que creían en aquel amor iban de cabeza al pozo junto a la ruptura de ese amor, planteándose que era real y que no.

¿Larry era real?

Para él siempre lo fue. Para las fans de Louis siempre lo fue. Para un montón de gente siempre lo fue. 

¿Pero lo era para Louis?

Sus pasos lamentablemente acabaron llevándolo a donde menos quería, a la casa donde vivía con Louis y mirando la fachada del edificio se preguntó si debería seguir allí. Tenía algo de dinero ahorrado. Pero, ¿dejar a Louis?

Por más palabras que le hubiera dicho a Louis, él bien sabía que no estaba preparado para sufrir tanto, para estar tan lejos de él. Lo necesitaba, lo necesitaba como el aire para respirar.

Había dos opciones, o salir de allí y olvidarse de todo lo ocurrido o permanecer allí solo por el sentimiento que le provocaba recordar lo que sintieron, lo que sintió, todo lo que ocurrió.

Desde luego era para él, sin duda, la respuesta era la segunda.


...

Capítulo editado el 24/07/2016.

© Yolanda Miñarro Diez.

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