El accidente que nos unió

CAPÍTULO 14

Hola! ¿Qué tal el verano? El mio un poco aburrido pero bueno. Hoy nuevo capítulo y sabremos la reacción de Julia al saber lo que une a Pablo y Carlos. ¿Cómo se tomará que son hermanos? Sigan leyendo, voten y por favor comenten que sus comentarios me dan fuerza!

CAPÍTULO 14

-¿Qué? ¿Cómo que qué hago aquí? Te recuerdo tengo todo el derecho de estar en esta casa y si te molesta, te jodes- respondió Pablo borde.

-¿Qué coño? ¿Me puede alguien explicar qué está pasando? ¿Que hace Alejandra aquí y de qué os conocéis?- pregunté con lágrimas cayendo de mis ojos por la impotencia que sentía en aquel momento.

-¿Y Pablo y tú? Ah, déjame adivinar, fue a verte al hospital, ¿me equivoco?- me respondió Carlos con un tono de superioridad.

-Al menos el tuve cojones de ir a verla y dar la cara, no como tú hijo de puta- dijo el chico de mis sueños. Su expresión cambió y vi cómo se ensangrentaron sus ojos.

-¿Le has dicho que fui yo? Maldito cabrón- dijo Carlos mientra se levantaba y zarandeó a Pablo.

-Si. ¿Y tú, no tienes nada qué contarle a tu novia?- preguntó Pablo.

-¡Callaos ya! ¿No os dais cuenta de que no comprendo nada? Por favor, vamos a hablar tranquilos y sin liarla- exclamé.

-Si, tienes razón- dijeron los dos.

Nos sentamos los cuatro en un sofá. Tenían que explicarme tantas cosas. ¿Por qué Carlos no me ayudó al atropellarme? ¿De qué se conocen Carlos y Pablo? ¿Por qué Pablo tiene la llave de esta casa? ¿Que hacía aquí Alejandra?

-No me puedo creer que estuvieras con Belén antes que conmigo y nunca me contaras nada. Lo peor de todo, es que me atropellaste, me dejaste sola en el arcén y tuviste la poca vergüenza de venir a verme al hospital, pedirme salir y encima prohibir la visita a mis amigos. Eres increíble. No quiero saber nada de ti- dije cuando Carlos terminó de contármelo todo. -Si, tengo 2 últimas preguntas para ti. ¿De qué os conocéis tu y Pablo y que ha echo Alejandra aquí dos días?

-Somos... hermanastros- dijeron los dos a la vez. Abrí los ojos sorprendida, y de nuevo, salieron lágrimas de mis ojos. Esta vez si que estaba llorando de verdad, Pablo me había mentido, no me había contado nada de esto. Inmediatamente me fije en la cara de Alejandra y vi que su rostro no había cambiado nada. Ella lo sabía y no me había contado nada.

-Esto es alucinante, las 3 personas en las que más he confiado me han traicionado. Pero estoy sorprendida sobretodo contigo Ale, ¿cómo has podido no contármelo? Soy tu mejor amiga y merecía saberlo. Yo te conté que estaba saliendo con Carlos aunque me gustaba Pablo- dije levantándome para ir a coger mi bolso e irme lo más rápido de allí posible. Necesitaba llegar a casa y descansar.

-Tia... perdóname. Carlos no quería que te lo contara...

Pablo y Carlos de nuevo comenzaron a hablarme pero corriendo, salí de esa casa. Conseguí salir de aquella pesadilla pero ahora tendría que enfrentarme sola a todos los monstruos de mi cabeza que daban vueltas y no paraban de hacer preguntas.

-¡NO TE VAYAS, ESPÉRAME. TE LLEVO A CASA Y LO HABLAMOS TODO!- ni siquiera miré atrás pero reconocí perfectamente la voz sexy de Pablo.

Pase de él y seguí andando sin rumbo, no tenía transporte para volver a casa ya que era tarde y el metro ya había cerrado y no abría hasta las cinco de la mañana.

Continué andando durante 15 minutos hasta que encontré una parada de autobús. Me senté en uno de los asientos de la parada y me llegó un whatsapp de Pablo. Decía así:

Perdóname. Te lo tendría que haber contado todo antes. Necesito verte.

Fue leer ese whatsapp y comprendí que mi mundo había cambiado. Mi mejor amiga me había traicionado y mentido, mi novio había estado a punto de matarme y le daba igual y a Pablo... el chico que tanto me gustaba, me había engañado. Para una chica de 17 años esto es desgarrador, la soledad es en muchos casos peor que la muerte. Mis mayores pilares se habían derrumbado y no sabía que iba a pasar a partir de aquí. Por supuesto, tenía a mi familia y a mis otros amigos pero no era lo mismo. Algo tan importante de mi vida, había sido destruido.

Justamente llegó el autobús y me subí en él. Me senté sola en un asiento del final y decidí no contestar el mensaje y parar de darle vueltas a la cabeza. Bloqueé el teléfono y lo metí en uno de los bolsillos de mi bolso.

Pasó un rato hasta que me bajé en la parada mas cercana a mi casa. Todavía me quedaban unos cinco minutos para llegar a casa. *Estoy hambrienta, ¿que habrá preparado mamá de cenar? Joder, son casi la una y media de la madrugada y no les he dicho a mis padres donde estoy. Me van a matar y encima mañana tengo colegio. Genial, mañana a ver las caras de Ale y Carlos.*

Metí la llave por la cerradura con sigilo ya que podría ser que mis padres estuvieran durmiendo. Abrí la puerta y recibí una bofetada.

-¡Aaaaa!- exclamé sorprendida por la bofetada.

-¿Tu te crees que es normal llegar a estas horas un martes sin ni siquiera decir donde estas?- dijo mi madre a la carrerilla. -Acuéstate ya antes de que tu padre se de cuenta de que acabas de llegar a casa que la torta que te va a pegar como se entere de que acabas de llegar va a ser monumental.

Antes de volver a mi habitación comí un poco de jamón que había en la nevera para calmar mi hambriento estómago. Sigilosamente, caminé hacia mi cuarto. Me puse el pijama y me lavé los dientes. Justo cuando fui a abrir la cama recibí otro mensaje. Miré el móvil y vi que, de nuevo, era Pablo.

Déjame recogerte mañana después del colegio y lo hablamos todo. Si no me crees te juro que jamás volveré a hablarte y todo esto se habrá acabado.

Rápidamente contesté:

Ok. Mañana a las 15:00 en la puerta de mi colegio.

Ni si quiera pude ver su siguiente mensaje porque mis cansados párpados se cerraron y me quedé dormida

-0-

¿Les ha gustado? ¿Creen que Julia tiene que perdonar a alguno? ¿A cuál? Espero que les haya gustado. No duden en seguirme, votar y comentar.

P.