Capítulo 19

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19.

Mis pasos siguieron el mismo camino que había realizado el castaño segundos atrás. Una vez hube traspasado la vieja entrada de metal, me encontré parada frente a un pasillo sucio, sobre este un foco de luz en el techo iluminaba tenuemente una solitaria puerta hacia el final, dubitativamente camine hasta encontrarme frente al picaporte de bronce pero antes de que alargara la mano unos gritos llegaron hasta mi.

- ¡Allí estas! Eres una mierda- aquella era la voz de Harry, estaba más que segura sobre aquello y sonaba muy furioso- ¿Qué mierda querías hacer, idiota?- el estruendo de algún objeto cayendo al suelo traspaso la puerta en la que me encontraba apoyada. La música que se podía escuchar cuando llegamos había disminuido hace varios minutos, permitiéndome oír todo a la perfección- ¿Que querías hacer Dylan? ¿Eh? ¡Dime!

Leves susurros se escucharon, aunque nunca pude distinguir quien o que le respondían.

- No vuelvas a meterte en mi coche- la grave voz de Harry volvió a oírse a través de las paredes por medio de un fuerte grito, seguidamente me encontré temblando en cuanto la puerta recibió un golpe seco del lado de adentro, parecía haber sido un golpe de puños- sabes que te puede ir muy mal- la amenaza se encontraba impregnada en su tono de voz

Mierda, Harry. Cálmate, por favor.

Volví a levantar mi mano para poder girar el picaporte oxidado frente a mi,  cuando una voz hablo.

- Confiaba en ti- afirmó el desconocido, aún desde el otro lado de la puerta. 

- Pues, no deberías poner las manos en el fuego por nadie.

Aquellas palabras fueron seguidas por un grito de dolor y en cuanto quise echar mi cuerpo hacia tras y correr rumbo al coche, la puerta estaba siendo abierta por un tenso Harry, su cabello despeinado adornaba a un rostro con ojos inyectados en sangre por la rabia, ojos que no se movieron de mi anatomía en cuanto me vieron.

- Te pedí que te quedaras en al auto- la suavidad en su voz me sorprendió pero la tranquilidad nunca llego a mi cuando lo vi moverse, permitiéndome observar detrás de él a un grupo de personas sobre un muchacho que se encontraba casi inconsciente en el sucio suelo, la nariz de este sangraba y sus ojos miraban con enojo hacia Harry, deduje rápidamente que el castaño lo habría golpeado- vamos- volvió a decir una vez más, antes de cerrar la puerta de espaldas a él y comenzar a tirar de mi muñeca hasta la salida del poco iluminado pasillo.

- ¡Idiota!- el fuerte grito de aquel sujeto que yacía en el suelo insultando a Harry llegó a nosotros antes de que subiéramos al coche y nos marcháramos del almacén.

Mis manos volvieron a retorcerse nerviosamente apenas el silencio inundo la calidez del auto y las cuatro ruedas de este se comenzaban a mover, de reojo podía observar como su mandíbula cada vez se apretaba mas.

- Todo ha sido su culpa- dijo de repente, su mano se estiro hasta el estéreo bajando el volumen de la canción que sonaba, aquella acción me permitió ver como sus nudillos se encontraban magullados y levemente ensangrentados.

- Tu mano- murmure y en un puro instinto la tome entre las mías, sujetándola sobre mi regazo. El antiguo almacén ya había quedado varias cuadras detrás y el semáforo se encontraba en rojo, la calle sin tránsito alguno.

- No fue nada- una media sonrisa apareció en su rostro, reemplazando aquella mueca de rabia y repentinamente unas enormes ganas de dibujarlo así, tal cual estaba ahora, me entraron. Parte de su rostro era iluminado por las farolas y la otra se encontraba sumida en la oscuridad del coche, su cabello, el cual caía por los lados, demostraba lo mucho que le había crecido desde aquella primera vez que nos vimos. Sus labios entreabiertos y aquel hoyuelo travieso que los acompañaba me incitaban a olvidar todos los sucesos anteriores, desde aquella bolsa con identidades desconocidas, la huida entre medio de decenas de autos y lo sucedido en el almacén, todo, y regresar a los comienzos de esta noche interminable.

Save me Honey [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora