Condéname | Larry Stylinson | Camila Pinilla.

Capítulo 8

Capítulo 8.

Aquella mañana Harry se levantó un poco desanimado. Aun le dolía lo que le había sucedido con Louis. Tenía un dolor en el pecho. A lo mejor sería un mal presentimiento.

Félix trajo el desayuno desde el comedor par que Harry no tuviera que salir tan temprano. Ambos hermanos se sentaron en las sillas junto a la pequeña mesa que utilizaban como comedor. Harry tomo su café y empezó a beber. Mientras Félix bebía un vaso de leche con chocolate.

La puerta del departamento fue golpeada unas cuantas veces. Félix y Harry intercambiaron miradas. Félix dejo su baso sobre la mesa. Se levantó y camino hacia la puerta. Al abrirla inmediatamente supo que algo malo estaba pasando. O no tardaba en suceder. Harry miro a Félix a la distancia. No podía ver con facilidad que personas estaban fuera del departamento.

Dos policías estaban frente a Félix. Ellos lo examinaron, el que estaba a la derecha aclaro su garganta.

- Buenos días. ¿Harry Styles vive aquí? – Félix trago saliva.

- Sí, es mi hermano. – Félix se dio la vuelta y miro a su hermano. Harry lo veía nervioso. - Harry, unos policías preguntan por ti.

Harry respiro hondo. Dejo su leche con chocolate y camino hacia su hermano. Félix se hizo a un lado para que los policías me vieran. Los policías lo miraron sin expresión alguna.

- Señor Styles, necesitamos que venga con nosotros. – Harry no quería salir. El simple hecho de ver a algún policía significaba que tendría que ver o con Louis de mala manera o con el Ministro.

- ¿Tiene que ser ahora?

- Si, por favor. Debemos llegar rápido.

Harry miro a su hermano, Félix lo miro preocupado.

- Vuelvo más tarde.

Harry se despidió de Félix, salió del apartamento y cerró la puerta tras él. Los policías y el rizado caminaron por el pasillo. Uno de los hombres llamo al ascensor. Las puertas se abrieron y entraron. El otro policía oprimió el botón -47 y el ascensor empezó a bajar. Las puertas se abrieron y una voz suave dijo "Juzgado 11".

Harry sintió como el miedo lo invadía. ¿Por qué estaba en un juzgado?

Caminaron por el pasillo cubierto de madera. Uno de los policías golpeo la puerta que ahora estaba frente a ellos y se escuchó un adelante al otro lado de la habitación.

Cuando entraron, varios hombres estaban sentados alrededor de la habitación, todos de traje, detrás de un enorme escritorio. En todo el centro se resaltaba al juez. No era un hombre mayor. Era un muchacho un poco más grande que Harry. Los hombres empezaron a mirar a Harry con desprecio. Los policías que entraron con Harry se dieron la vuelta y salieron del lugar. Había dos sillas de madera algo grandes en el centro del juzgado. Ambas estaban vacías.

- Puedes tomar asiento, Harry.

Hablo el jurado, era un joven de cabello negro muy oscuro y ojos cafés avellana, mientras que su traje era completamente negro a excepción de la corbata morada. Podría tener unos 23 años.

Harry camino hacia la silla de la parte de la derecha, ésta tenía un cojín rojo carmesí para una mejor comodidad. Harry tomo asiento y miro al hombre que le había hablado.

El hombre se acomodó la corbata y aclaro su garganta.

- ¿Sabes porque estás aquí, Harry?

- No, señor. – Dijo con la voz débil. Los nervios no lo dejaban hablar con fuerza y seguridad.