Capítulo 1

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Capítulo 1.

A veces las personas se preguntan por qué las cosas siempre tienen una razón de ser, bueno, obviamente si la tienen pero, ¿por qué tanto cosas buenas como malas llegan a nuestra vida? Todo sería más fácil si pudiéramos elegir qué queremos que nos pase y qué no queremos que suceda, pero no es así, tenemos que disfrutar de los buenos momentos, alegrarnos por ellos y mantenerlos en nuestra memoria como buenos recuerdos, y también tenemos que ser fuertes, para soportar los momentos que nos derrumban hasta que creamos que caeremos y ya no podamos levantarnos luego de tantas derrotas. Pero así es la vida, disfrutar y sufrir a la vez.

La mente de Harry estaba nublada, sentía un leve temor y nerviosismo. El frío golpeaba su rostro con brusquedad y su labio temblaba, llevaba las manos en sus bolsillos tratando de guardar algo de calor en su frío cuerpo. Lo único que quería era llegar a un lugar tibio y seguro.

Era su primera vez en un helicóptero, su hermanastro Félix estaba a su lado, también tintineando por el frío clima. Los pilotos se encontraban adelante, mientras que un policía se encontraba sentado frente a ellos.

El helicóptero aterrizo, los pilotos se quitaron los auriculares y apagaron el motor. El policía se desabrocho el cinturón de seguridad, abrió la puerta y salió de un salto.

Harry y Félix desabrocharon el cinturón. Félix se levantó de su asiento y salió primero del helicóptero. Harry se puso de pie y se acercó al borde. Estaba algo alto. Félix Le extendió su mano para bajar del helicóptero, la sujetó y saltó hacia el frío cemento. El policía que los trajo cerró la puerta del transporte y se acercó de nuevo a los muchachos, los miro con pesar y se abrocho su abrigo.

- Síganme y no se queden atrás.

El hombre empezó a caminar hacia el edificio que estaba frente a ellos. Harry y Félix lo observaron con detenimiento, parecía un edificio común y corriente. Pero lo que no sabían era que debajo de éste se encontraban más y más pisos.

Harry estaba nervioso, nerviosos por saber si el edificio era el que estaba buscando desde hacía un par de semanas. Se sentía desprotegido pero no solo, Félix iba con él, pero no era lo mismo.

El policía los guió hacia el edificio para refugiados de la ciudad. Se detuvieron frente a las fuertes puertas de hierro, había una pequeña placa con botones a un extremo. El policía digitó unos números y las puertas se abrieron. El hombre entro primero seguido de ambos muchachos.

Harry se alivió al no sentir más frío a su alrededor, dejo que el calor del lugar lo invadiera, quería impregnarse de ese calor lo más que pudiera. No aguantaba el frío.

Caminaron por el enorme recibidor, llegaron hasta un escritorio de mármol gigante, un hombre levanto la mirada para observarlos, deteniendo su trabajo.

- ¿En qué puedo ayudarlo? – Se dirige al policía.

- Estos dos jóvenes han sido trasladados a este edificio, necesito que les dé permiso de entrar y de registrarse.

Harry y Félix escuchaban la conversación de esos hombres con prisa, ya querían entrar a su nueva residencia.

- Claro, señor.

El secretario tecleo algunas cosas en su computador y la puerta de uno de los ascensores que estaban a unos metros de distancia de los muchachos se abrió.

- Pueden seguir. – Dijo con amabilidad el joven.

El policía se dio la vuelta para verlos por última vez.

- Ahora seguirán solos, el General los está esperando.

- Gracias. – Respondió el mayor.

Félix miro a Harry y le hizo un gesto para que empezara a caminar hacia él ascensor. Al entrar Harry dirigió su mirada de nuevo al policía, lo miro con inocencia. Luego las puertas se cerraron y el ascensor empezó a bajar.

Condéname | Larry Stylinson | Camila Pinilla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora