Condéname | Larry Stylinson | Camila Pinilla.

Capítulo 28

Capítulo 28.

02 De Agosto De 1999. 10:42 PM.

Ha pasado mucho tiempo desde que ese hombre me dejo aquí, tengo mucha hambre y mucho frio. No hay ventanas solo mas barrotes por toda la habitación. Escuche unos pasos caminando hacia mí, la puerta se abrió.

¡Es el hombre! Se puso en frente mío y me miro.

- ¿Qué?¿El ratón te comió la lengua? – Negué con la cabeza.

- ¿Dónde estoy?

- En mi mansión.

- ¿Cuándo volveré con mami y papi?

- No volverás a estar con ellos. Tu nombre es Niall, ¿No es así?

- Si.

- Soy Bryan. Tu peor pesadilla.

- ¿Peor pesadilla?

- Si – Mami me hablo de las pesadillas, me dijo que una pesadilla es cuando una persona sueña con algo que lo atemoriza – Aun estas muy pequeño... un amigo mío vendrá y te vera todos los días.

- ¿No estarás con migo?

- Lo estaré, pero no ahora.

El chico llamado Bryan dio la vuelta y salió del lugar. Anocheció, no había una cama en donde me encontraba así que me dormí en el suelo. Mami, papi. Es verdad lo que dijo Bryan? ¿Ya no volveré a verlos?

- ¡Despierta!

Abrí los ojos hay un hombre al otro lado de la los barrotes. Abrió la puerta y me levanto. Caminamos hacia otra puerta y entramos, parece un consultorio médico por la camilla que tiene, las paredes son blancas y hay muchos escritorios con muchos implementos, muchos de ellos son cuchillos. Hay otra puerta y está abierta, es un baño.

- Te dejare una cesta de comida cada semana, tienes baño. Creo que no necesitas nada más.

El hombre me soltó y dejo la cesta sobre uno de los escritorios. Volvió a mirarme, salió del consultorio y cerró la puerta tras él. Camine y tome el pomo de la puerta, lo gire. La puerta no abría, estoy.... encerrado.

Paso la semana, la comida se me había acabado. La puerta se volvió a abrir. Era el mismo hombre de la semana anterior. Dejo la cesta sobre la camilla.

- Gracias – Le dije con timidez. Él se giró y me miro.

- De nada.

- ¿Cómo te llamas? – Pregunte.

- Soy Frank.

- ¿Y tú apellido?

- No, de eso nada enano. Solo Frank.

- Está bien, Frank. Mi nombre es Niall Horan.

- Si, lo sé.

- ¿Frank, puedes llevarme a mi hogar? – Él se acercó a mí.

- No puedo, por órdenes de Bryan.

- ¿Algún día volveré?

- No puedo asegurarlo, solo cree que lo harás y sucederá.

- Lo haré, gracias Frank.

Frank salió de la habitación, tome la cesta y empecé a sacar la comida.