Condéname | Larry Stylinson | Camila Pinilla.

Capítulo 42

Capítulo 42.

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Hace Tres Años.

Alessandro Roggero & James Jefferson.

Veintiún Años. Veinte Años.

07 De Febrero De 2010.

Llegue al departamento después de un largo día de trabajo. Reparar autos puede ser entretenido, pero a la vez puede dejarte agotado.

Entre a mi pequeña habitación y me deje caer sobre la rígida cama. Era más de media noche y como siempre, mis vecinos no dejaban de gritar y discutir. Me quite mis zapatos y me cubrí la cabeza con la almohada, tenía que descansar, pero así no lograba nada. Solo dar vueltas en la cama y escuchar esos molestos gritos.

Tras no poder dormir profundamente como hubiera querido me levante de la cama a las cinco de la mañana, ya no había ruido, pero debía ir al taller. Me duche y me vestí. Comería en el trabajo como de costumbre.

Tome mi cómodo bolso cruzado y salí de mi hogar. Mire con repugnancia la puerta de mis ruidosos vecinos y camine hacia las escaleras.

Realice mi jornada diaria. Salir del edificio, tomar el autobús y llegar al taller. Salude a mi jefe, Joel. Últimamente lo he visto más estresado de lo normal, le he preguntado si puedo ayudarlo en algo pero me dice que puede solo. Así que me voy al cuarto de baño, me pongo mi uniforme y me dirijo al fondo del taller, a seguir arreglando motores durante mi larga jornada.

Hubiera querido que este día fuera como todos, pero no fue así.

A medio día me detuve y fui a cambiarme para ir al restaurante de comidas rápidas de al lado. El día estaba caluroso y el cielo no tenía ni una sola nube. Camine hacia la salida, pero antes de que diera un paso de mas, Joel me llamo.

- ¿Vas a ir a comer? – Me di la vuelta y lo mire.

- Sí, no tardare nada, Joel.

- Alessandro necesito hablar contigo. – Lo mire con miedo, esto suena mal.

- Claro. – Dije disimulando mis nervios.

- Sígueme. – Dijo dando la vuelta para entrar a su pequeña oficina. Camine detrás de él y me senté frente a su escritorio. – Alessandro, desde que te conocí has sido un empleado muy fiel. Trabajas muy bien y me ayudas demasiado, pero me temo que esto llego a su final. – Termino diciendo con una mirada deprimente.

- ¿Qué? – Pregunte.

- Tuve que vender el taller, tengo muchas deudas al igual que tú, el abogado vendrá hoy en la tarde por él, es por eso que he estado limpiando el lugar en el último mes. Lamento decírtelo tan tarde Alessandro, pero no quería despedirte con anterioridad. – Trate de digerir las palabras de Joel. Esto no podía estar pasándome. No de nuevo.

- Pero Joel, señor, usted sabe que este es mi único trabajo, tengo muchas deudas señor, con este mísero trabajo sobrevivo.

- Lo sé, lo sé. Pero no podía hacer nada, era vender el taller, o que me quitaran todas mis pertenencias Alessandro. – Joel abrió uno de los cajones del escritorio y saco un sobre. – Toma, es tu último pago del mes. Espero que te sirva. – Tome el sobre con la mano temblorosa y me levante de la silla.

- Gracias, antes de irme, ¿Por casualidad no sabe de algún trabajo libre? Por favor entiéndame, si no trabajo tendré que vender mi departamento y todo lo demás. – Suplique.