Capítulo II

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Simplemente necesitaba un descanso no podía seguir recordando cuando lo había visto y las veces que quería hablar con ella, si no era capaz de entender que podía hacer, no podía obligarla eso no estaba en sus planes. Regresar al trabajo fue no precisamente una buena idea pero al menos estaría ocupado. Le había dolido su reacción al verle, creyó que no le dolería tanto pero al ver sus ojos y el dolor que vio en ellos por esa mentira, farsa que le hicieron creer no lo aguantaba.

Cuando intentaba concentrarse nuevamente su secretaria Lili le había dicho que se encontraba una señorita pero no fue necesario ver que una penosa Lili se contrariaba en la mirada cuando sabía bien quien era, le dio un asentimiento con la cabeza para que se marchara y los dejaran a solas.

- Me puedes explicar que te hizo pensar que necesitabas ir con mi mamá para sacarle información de mí, es que no puedo creer que después de tantas cosas de las que me hiciste pasar cuando se suponía que me amabas y que yo lo hacía. No pudiste buscar a otra revista que no fuera precisamente en la que yo trabajaba.

- Terminaste.

- La verdad me gustaría seguir pero si termine.

- Si supieras tan solo que está equivocada en muchas cosas que lamentablemente si me pongo a explicártelas no sabrías ni que decir. Pero volviendo a otro punto qué haces en mi oficina y a qué debo el honor.

- Eso que me expliques por qué recurriste a mi madre.

- Simple necesitaba a una periodista y sinceramente solo te conocía a ti qué más da, esto es trabajo nada más.

- Eso no te lo creo, deberías crear mejores mentiras que esa.

- No lo es, pero qué más da no crees nada de lo que digo para que me explico, ya te dije no me vas a volver a ver en cuanto me hallas hecho la entrevista. Pero ahora que lo dices si me gustaría decirte algo, esa noche recuerdas que te había llamado tantas veces para explicarte las cosas y no me dejaste. Pues la verdad creas o no, no pasó nada Sara si me contraste dormido pero no haciendo algo que sé que no soportarías ni yo tampoco.

- No digas más por favor, me lastimaste, me engañaste con esa pelirroja que muy bien se encontraba en tus brazos. Como piensas que te crea si pudo haber pasado cualquier cosa.

- Ya te dije todo piensa lo que quieras no voy a seguir hablando con la persona que se suponía confiaba en mí y en el amor que le tenía y ahora si te podes ir necesito trabajar.

- Muy bien, así quieres que sean las cosas mejor para los dos, solo espero que no regreses porque jamás podría volverte amar como muchas noches lo hice.

No podía creer lo que acababa de hacer presentarse de esa manera cuando no debía hacerlo, pero en el fondo necesitaba decirle muchas cosas pero por más que le hubieran herido a él más a ella le dolieron Sara no llego a pensar en las consecuencias de sus actos al presentarse al menos en menos de unos días haría la dichosa entrevista y no lo volvería a ver y volvería a su vida normal de siempre si es que lo hacía.

A pesar que vivía sola apreciaba esa soledad y lo mucho que la hacía pensar después de varias horas de trabajo en la revista, reuniones y estar al pendiente de sesiones de fotos, maquillaje y un sinfín de cosas. Esas cosas como ella les decía, la hacían olvidar por un momento quien era y lo que había pasado en su vida no todos lo sabían ni siquiera sus padres solo una, Anna que se había vuelto en su mejor amiga la única.

Al día siguiente tuvo más reuniones, aprobando comerciales, vestuario para las modelos, fotografías, respiro cuando había llegado la hora del almuerzo el cual fue interrumpido por él.

Entre Tú y Yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora