Capítulo VII

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- Se podría decir que si Lili, ya tengo todo listo, aunque algo surgió en Murcia y tendré que quedarme, tú solo dime cuáles van a ser mis trabajos y los haré pero no sé qué tanto tiempo me quede.

- Muy bien Sara, te mandare a tu correo lo que tienes qué hacer y ya sabes, si tienes que resolver algo, hazlo, ya nos encargaremos aquí de lo demás.

- Gracias Lili, es todo, te llamare si cambian los planes.

- Muy bien, y relájate aunque sea un poco, está bien.

- Adiós.- aunque su amiga y asistente no sabía cuánto se había relajado ya era hora de que eso cambiara, por su salud mental tenía que ser.

No era nada grato tener que hacerlo, el menor atisbo de ganas no la poseía y no se sentiría cómoda, aunque fue él quien la dejo sola y bajo, tenía más ganas de cenar en su habitación que tener que contemplar lo que ya no era pasión antes sus ojos. Y aunque fue contradictoria cambio de decisión y comió en su cuarto, ya se enfrentaría a una lucha sin fin.

No podía evitar pensar en el engaño causado por Andrés aunque jurara que no había hecho presencia suya en él, una parte confiaba y otra lo dudaba, ¿En cuál creer realmente?

Unos golpes en la puerta la sacaron de sus cavilaciones, sabia quien podía ser y no tenía más remedio que abrir la puerta, Sara estaba al borde de la locura y se la estaba otorgando un hombre de fuertes brazos y de pensamientos.

- ¿Qué necesitas Andrés? Si es por la cena, ya he cenado aquí, gracias.

- No vine a eso, vine porque quiero saber si de verdad esta lista la entrevista. Tengo entendido que no has hablado con mi padre.

- Si lo hice, un poco al menos, y por el lado de tu hermano también, con respecto a ti, algo me diste de material, hablando sobre ello un tiempo atrás. Aunque no fue una entrevista como Dios manda hice lo que pude y esa ha sido mi función aquí y ya estoy lista para irme. Ya hice reservaciones para regresar en un par de semanas.

- ¿A dónde te vas? ¿Qué va a pasar con nosotros?

- Lo primero, no tengo porque decirte, eso es asunto mío, y segundo no hay un nosotros y lo que aquí ocurrió, solo fue un momento de lujuria y deseo que había quedado frenado en el pasado y ya, se acabó.

- Muy bien has lo que quieras, vete si tanto quieres huir y aquí no vuelvas, si tanto me odias por el pasado.

- No hace falta que me eches, entonces me voy y jamás me volverás a ver, así que te pido que te marches de la habitación.

Sara estaba volviéndose loca, o eso creía. Estaba consciente del dolor que sentía, esa misma noche tuvo que hacer las maletas con lo poco que tenía, cuando se dio cuenta había notado unas compras que hizo en una de sus salidas al pueblo y teniendo eso ya listo y guardado, llamo a Marcos para que la llevara hasta la estación y de ahí partir a casa y ver si podía o al menos olvidar por un momento todo lo que sucedió en tan pocas semanas.

- Marcos, ¿Estas ocupado?- había ido hasta la pequeña habitación que usaban como oficina particular en aquella casa.

- No, pasa, estaba hablando con mi secretaria, sabes conocí a una mujer hermosa y estaba preparando una cita, y ¿Por qué estas con una maleta a mitad de la tarde? ¿Qué pasa con Andrés, no van a resolver nada?

- Marcos no hay nada que resolver y mucho menos que hacer, por favor no impidas irme, sino puedes llevarme puedo tomar un taxi, solo quiero salir de aquí.- Marcos podía ver cómo estaba conteniéndose para no llorar, es que su hermano estaba siendo un completo idiota y no sabía cómo ayudar.

Entre Tú y Yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora