"Estaba loca, loca de remate.
Y era guapa, guapa de cojones.
Y conocía la luna y bailaba Rock And Roll frente al espejo
Y salía, y bebía, y no se acordaba de nada al día siguiente.
Estaba rota, tanto como un trapo.
Y era dura, dura de roer. Y odiaba a los poetas.
Y se ponía hasta el culo y lloraba y se corría y no se acordaba de nada al día siguiente.
Dormía poco, y tenía las ojeras más preciosas que habían ignorado jamás.
Era la princesa de mi cuento, la que follaba con Extremoduro sonando de fondo,
la que se metía de todo, menos mis drogas.
Amaba, era capaz de amar por encima de cualquier boca despeinada, de cualquier trovador de mierda, de cualquier basura literaria que le escribía.
Era jodidamente perfecta.
Y su único defecto, era yo.
Sospecho, que venía de otro mundo. Por eso de que nadie había logrado entenderla nunca.
Aunque siempre era la que más gritaba, y que era inmortal. "
Miguel Gane.