Quizás nosotras éramos el sarcasmo del verso, la ausencia del beso o la suerte de los martes trece.
Quizás buscábamos el amor en el azar y cerrábamos los ojos por no ver los gatos negros pasar.
Quizás éramos de tener el corazón en el puño y de mordernos los labios, por no sentir.
Quizás no haya amaneceres con nuestros corazones, quizás, quizás, quizás...
O quizás si.
Quizás si haya que interrumpir besos por sonrisas inesperadas.
Quizás deje atrás el pánico que me da ser feliz, y acabe siéndolo de tu mano.
Que siempre decía que no, hasta que tú.