Yo también tengo miedo. Pero quiero quitármelo. Y un golpe de choque es lo que mejor viene.
Cuando veas que estés preparada para vernos, dímelo. Porque yo si lo estoy.
No me importaría ser yo la que estuviera a tu lado mientras te desgarraras el corazón. Sólo que yo no dejaría que lo hicieras. Lo cuidaría. Y deseo, que me quieras, aunque sea con el trozo más pequeño de ellos. Te aseguro que no me importaría. Y sé que los pedazos cortan, pero merece la pena cortarse, por algunas personas.
Quien no arriesga, no gana. En tú caso, arriesgar, es acabar ganándome. Lo cual, significa, perder.
Perdernos.