White Wings.

Respuestas.

Tao estaba con Kris en su casa, desde que Kris le contó lo que era no había sido capaz de decir palabra. No dejó que Kris le explicase nada, y no obtuvo ninguna reacción aparte del shock que recibió al verle. Cuando se fue a dormir no le importó que durmieran juntos, pero Tao le dio la espalda durante toda la noche. Kris intentaba darle tiempo para que lo asimilase, pero le dolía que el otro no fuese capaz de decirle nada. Sabía que esto podía suponer que Tao no quisiera volver a estar con él.

Tao fue el primero en despertarse, se volteó y vio como Kris dormía bocabajo con su espalda al descubierto, tan perfecto. Ahora parecía tan normal, ¿cómo era posible que de ahí pudieran salir unas alas de más de dos metros de altura?

La comedura de cabeza hizo que se levantara y se fuese al sofá, se recostó sobre él e intentó dejar de pensar en ello y poner la mente en blanco por un rato. Pero eso no era posible, la imagen de Kris en todo su esplendor llenaba cada uno de sus pensamientos.

Cuando abre los ojos se encuentra delante la imagen de Kris, igual, sin camiseta sentado en la mesita de en frente del sofá. Siente como el corazón se le para cuando sus ojos se encuentran con los suyos. Kris no dice nada quiere que sea él quien diga la primera palabra, no quiere presionarlo. Según pasan los segundos se arrepiente de habérselo dicho, pero tarde o temprano se tendría que enterar, por lo menos si quería estar con él.

-Kris. – se decide a decir Tao – ¿Estás seguro de que soy yo la persona con la que quieres estar? – pregunta serio.
-¿Qué? – es lo único que sale de su boca ya que no sabe a que cuento viene que le pregunte eso.
-Siempre me he considerado un chico guapo y alto. – empieza a narrar – Nunca he tenido complejo de nada ni de nadie. En cambio un día llegas tú y eres más guapo que yo, más alto que yo y tienes mejor cuerpo que yo, lo primero que pensé cuando te vi por primera vez fue: que afortunada debe ser la mujer que esté con él, pero debe de ser una mujer bella y alta para que pueda crear armonía con él. Pero no fue así, te fijaste en mí, o eso creo yo al menos, y no creo que yo pueda estar a esa altura. –continúa diciendo mientras siente como algo se le pone en su garganta – Después de lo que vi anoche, si ya eras hermoso... Realmente si los ángeles existen a tu lado no son nada, y yo simplemente soy esto. – termina de explicar poniendo sus brazos en alto para volverlos a bajar.

Kris intentaba tragar cada una de sus palabras pero realmente su cerebro no era capaz de procesar todo eso que acababa de escuchar. No sabía lo que le quería decir, no lograba entenderlo, su pecho ahora dolía e incluso los ojos le escocían.

-Tao... Yo... Yo no sé que me intentas decir con todo eso. – dice intentando parecer sereno – ¿Es por lo que soy? No sé a qué te refieres con no estar a la altura, ¿a la altura de qué? – dice de forma acelerada intentando buscar respuestas en los ojos del otro.
-No me importa lo que seas, pero tengo miedo de que puedas encontrar algo mejor y me quieras dejar. – responde mientras siente como se le seca la boca ante la idea.
-No digas eso. – dice Kris cortante sentándose a su lado mientras toma su rostro con las manos – Yo no quiero a nadie que no seas tú, tú dices que soy más guapo que tú, en cambio para mí tú eres lo más hermoso, no digas jamás esas tonterías. Yo no quiero a ninguna mujer ni bella ni fea, ni alta ni baja, yo te amo a ti. – finaliza uniendo sus labios a los de él.

El beso frenético que comenzaron empezó a humedecerse por las lágrimas de Tao, cuando Kris las sintió fue recogiéndolas una a una con sus labios. Unió su frente a la de él e intentó respirar tranquilo.

-Te amo, me has entendido. – dice mientras Tao asiente con la cabeza aún con los ojos cerrados y la frente unida a la del otro.
-No dejes de hacerlo, por favor. – dice en un susurro suplicante.

Kris lo abrazó con fuerza, quería trasmitirle seguridad y que supiera que va a estar con él siempre, quería que sintiera que tan grande era lo que sentía por él. Incluso a él se le salía de las manos. Tao se aferró al abrazo más seguro que antes, hundió su cabeza en el cuello de Kris y una idea pasó por su cabeza.