Jovenes... Guerreros en Dios

No dejes que la carne te tiente.

Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
Romanos 8:7-8
Esta escrito en la Biblia que lo que es del espíritu piensa como espíritu, y lo que es de la carne piensa como la carne. Haciendo referencia a la carne la carne es el pecado, es lo que te tienta a pecar.
Hace unas cuantas semanas viendo una predica del pastor Andrés Spyker decía que las almas gemelas no existen, pero que en cambio la persona indicada para ti si existe, al ser nosotros jóvenes ya sea mujeres u hombres de Dios, somos el linaje del Rey Todopoderoso, por lo tanto debemos esperar a que el príncipe o la princesa de Dios aparezca y no quedarnos con el primer bufón que se nos atraviese. En esto hago referencia a que nosotros los hijos de Dios no podemos entablar una relación de noviazgo con cualquier mundano, nosotros debemos de tener una relación con un o una hijo o hija de Dios, porque ¿cuál es el fin de un noviazgo? el matrimonio, y no creo que tu como hijo o hija de Dios quieras terminar casado o casada con alguien que no ama a Dios de la misma forma en que tu lo amas.
Algo muy cierto que mi lider de jóvenes me dijo: no les des las perlas a los cerdos. ¿porque entregarle tu corazón a alguien que nisiquiera sabe quien es Dios?
Dejame contarte una historia que ni tan historia porque fue hace unos días. Yo trabajo de empacadora en un supermercado y pues hice amigos y todo, y algo muy curioso conocí a varios cristianos y a un hermano muy especial. Hace unos meses atrás yo le pedía a Dios un joven con quien hablar de el, y casualmente llego él, pero la tonta de su hermana Sharon se le declaró su carne, un joven ateo y no creyente y pues le dije que si, ese mismo día hablé con mi líder de jóvenes la cual me abrió los ojos y me hizo ver que eso estaba mal y que no tentara al Señor. Y aunque no lo crean el día de ayer por la tarde termine mi error antes de que sucediera algo peor.
Muchos de ustedes se preguntarán ¿porque nos dices esto si tu fuiste tentada y lo aceptaste? Porque no quiero que ninguno de ustedes caiga en el mismo error que yo. Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reir; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
Eclesiastés 3:1-8