Ya habían pasado dos días desde que vi a Alan por última vez, y gracias a dios. Se podría decir que era muy raro el chico.
Era recreo y yo estaba sola como de constumbre en una mesa apartada, cuando de repente escuché a un chico moreno con ojos iguales acercarse a mí.
Por fin alguien me habla después de unas semanas.
-Hola, Derek -Dijo presentándose mientras alzaba la mano.
-Sarah -La estreché y le sonreí amablemente.
-Me imagino que habrás oido algo sobre la fiesta de esta noche en mi casa, ¿no? -Yo negué retundamente. -Pues bueno, me alegro, así te explico. Esta noche a las siete en mi casa, está a dos calles más abajo de aquí, cuando estés cerca sentirás la música y mucha gente, no hace falta ni que te diga la dirección exacta, si quieres puedes ser mi acompañante. -Dijo y me guiñó un ojo.
Míra tú a este buscando rollo, pero bueno, a pasarlo bien, tengo que dejarme de boberías de una vez e ir a una fiesta, que me estoy haciendo vieja, desperdiciando mi juventud.
Ahora que lo pienso, no voy a una fiesta desde que vivía en Florida.
-Claro que sí. -Dije alegre.
+
-¿Qué diablos me pongo? -Chillé desesperada girándome hacia Alice que estaba sentada en mi cama tras mío.
-Ponte esto. -Dijo dándome un vestido bastante corto para mi gusto de color rosa. Casi tiro todo por el báter al verlo. Lo cogí y lo tiré por la ventana. -Qué bruta eres. -Pausó.
Caminé hacia la silla.
Sí, la silla, ese lugar dónde podrías encontrar la ropa que habías dejado tirada en el suelo, comida, o incluso la entrada a Narnia si te lo propusieces. Imagínense que llevo menos de una semana aquí y ya está llena la silla.
Ví una camisa negra, un crop top, era sencillo y batante bonito.
Luego me dirigí a mi armario y cogí unos pantalones negros y mis Converse de igual color.
-Me falta la camisa de cuadros. -Dije y nada más oirme Alice, me lo entregó y luego me puse la ropa rápidamente.
Ondulé las puntas de mi pelo y luego lo alboroteé moviéndolo de un lado a otro, haciendo mis ondulaciones más naturales. Luego me maquillé poniéndome la raya de encima del ojo junto a una sombra de un tono claro -parecido al beige-, un brillo de labios, base y un poco de colorete.
Me ponía un poco nada más ya que no me gustaba parecer como las putas del mundo.
-Estás muy guapa. -Dijo Alice mientras me ponía en pie después de ponerme los zapatos. Luego le di un abrazo y cogí mi iPhone 6 recién comprado, lo guardé en mi pantalón, pegado a mi piel, y me dirigí hacia la puerta principal.
-Si pasa algo te llamaré, aunque lo dudo, tampoco me esperes despierta, y si madre llega hoy mándame un mensaje en cuanto puedas por favor Alice. -Avise y la volví a abrazar.
Ella era como mi salvación en la familia, me daba igual que no estubiera en el mismo escalón de la sociedad como nosotros, para mí todos somos exactamente iguales, sin excepciones. La conozco desde los tres años, al principio era mi niñera, luego una empleada y poco a poco ha venido siendo la jefa de los trabajadores.
Era una mujer encantadora.
Cuando nos separamos me dirigí a la casa de... ¿David se llamaba? Ah, no, Derek.
Creo.
Ya cuando estaba cerca de la fiesta noté los golpes del retumbo que daba la música, Derek tenía razón en todas las formas, estaba repleto de gente también.
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Danger (PAUSADA HASTA NUEVO AVISO)
Teen Fiction-¿Qué pasó Riley? -Preguntó un hombre de mediana edad con un bigote teñido de blanco bastante grande. Su nombre... ¿Por qué me sonaba tanto? -No lo sé. Yo... -Tembló la niña. -Se están yendo. -Me acerqué a ella y la miré mejor. Me parecía tan famil...