Yo

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Enciendo la computadora, la luz justa para iluminar mi cuarto por la noche. Abro Facebook mientras miro fotos de chicas y chicos con sus perfectas familias, perfectos novios o perfectas novias y sus cuerpos perfectos, en sus últimos días de vacaciones, yo como una especie de rosca llena de grasa.

Una ventana de chat aparece por arte de magia en mi pantalla, eso es algo extraño, miro el nombre y todo se vuelve más extraño. Christopher Lauwren, imposible. Me apuro a leer lo que dice "Hola Sara, como estas? Me prestarías las carpetas de biologia del año pasado para dar la materia cuando empecemos?, te lo agradecería muchisimo", la sonrisa que se había creado al comenzar a leer el mensaje se borró por completo. Como siempre mis compañeros de escuela me hablaban para pedirme algún deber, y como siempre yo accedía con la ilucion de que algún dia eso cambie mi situación, decidí responderle. "Hola Christopher, si te la presto, veni a buscarla mañana por la tarde", a lo que en pocos minutos obtuve una respuesta, "Genial, muchas gracias amiguita, adiós", no le contesté.

Exactamente eso era yo para él, una simple e insignificante amiguita. Apague la computadora y corrí al baño, el cual por suerte tengo en mi habitación. Cerré la puerta y apoye mi espalda sobre ella, me rompí a llorar por unos cuantos minutos hasta que sentí que ya no podría sacar más líquido de mi, al menos de los ojos que ya estaban acostumbrados a hacerlo, mi segundo paso, sacar líquido de otra parte de mi cuerpo, mis brazos ya estaban acostumbrados a eso, y por último até mi pelo lacio y negro en una cola y acerque mi cara al inodoro, ¿por qué creen que pasé de 75 kilos a 50 kilos en tan sólo 3 meses que son lo que duran las vacaciones de verano? mi garganta y estómago ya estaban acostumbrados a eso. Lavo mi cara y me miro en el espejo, estoy horrible "siempre serás la gorda come chupetines de adelante del todo de la fila" y la madita voz de mi cabeza aparecía nuevamente para atormentarme, mi cerebro ya estaba acostumbrado a eso. Mis ojos azules ya están acompañados de un rojo, mi cara se hinchó y mi aliento parece el de un perro.

Cepillo mis dientes, me acuesto en la cama y sueño con que estoy besando apasionadamente a mi querido compañero de clase y vecino Christopher.

NOTA AUTORA:

Hola,quiero empezar con algo nuevo, parece deprimente pero va mejorar. Gracias por leer.

¡Yo no soy rara!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora