Cap. 1

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Junio, 2014

De chica me pusieron brakets, me los sacaron recién a los 16 años. Yo creí que ahí se terminaba todo, pero no. Cada 15 días tenía que visitar a mi ortodoncista para ver como va el trayecto.

Trataba de cumplir, cada 15 días estaba ahí en la sala de espera desde que cumplí los 16. Pero ya más grande, 6 años más tarde para ser franca, se me pasó y no fui.

Mi dentista solo está los martes, y es por orden de llegada, tengo que sacar un número y ella va llamando. Fui el martes siguiente del que debía ir. Entré al consultorio, saqué un número y busqué asiento. No había muchos lugares disponibles, el lugar estaba llenísimo de gente. Me senté junto a una señora, lejos de la puerta donde estaba mi dentista, pero no importaba, porque faltaba bastante para que sea mi turno por lo que veía.

Junto a mi estaba una señora y una nena, que terminaron parándose y moviéndose de lugar, pero igualmente me quedé junto a la señora, sino iba a parecer medio descortés correrme de su lado.

Al rato entró un chico. Un muchacho se podría decir. Cada vez que entraba alguien yo dirigía mi mirada a la puerta, no solo porque fuese él miré. Él hizo una vista general y luego me miró a mí. Cerró la puerta y pidió un número. Como no había otro lugar, se sentó junto a mí, pero dejando un asiento libre en el medio.

Ya se empezaba a sentir esa tensión que se siente cada vez que un pibe que parece de tu edad se sienta al lado tuyo. Saqué mi celular y entré a Twitter y a Instagram, para hacerme la interesante. Pero en realidad quería verlo. Me pareció lindo a primera vista.

El tiempo pasaba, la tarde se desperdiciaba, yo esperaba. Decidí pararme porque ya se me estaba poniendo el culo cuadrado de tanto estar sentada. Fui hacia la otra parte del consultorio, más cerca de la puerta donde estaba mi dentista. Había un lugar, así que me senté. Todavía podía ver al chico este, y él también me miraba, y por alguna razón, me gustaba eso.

Luego vino una señora un tanto mayor, así que le cedí mi lugar, solo me paré junto a el lugar donde estaba y jugaba con mi celular. Miraba de reojo al chico este y él hacia lo mismo. De vez en cuando se cruzaban nuestras miradas y me salía una sonrisita, que no la dejaba ver mucho.

A los minutos, ya faltaba poco para mi turno, así que caminé más cerca de la sala donde estaba mi dentista. Cuando me estaba por ir, miré al chico esté y me miró con cara de "¿a dónde vas?", que causó una cosa en mi que no sé. Sonreí ya yendo hacia una silla al final del consultorio. Me quedé ahí, esperando y queriendo que el chico viniera a esta parte de la sala, ya que no lo podía ver.

Llegó mi turno y entré a la sala. Fue rápido, prácticamente entré y salí en 3 minutos. Cuando salí, él estaba ahí, parado contra la pared de en frente de la puerta de donde salí. No le sonreí ni nada, solo lo miré y seguí caminando para salir de ahí e ir a mi casa.

Luego de eso seguí mi vida normal. Estudio, trabajo, amigos, dormir y comer.

Volvieron a pasar 15 días y volví a ir al consultorio. Hice la rutina de cada martes que fui y tomé asiento. Esta vez había menos gente, por lo que estaba más tranquila.

A los minutos llegó él, con una sonrisa pidió un número y se sentó más cerca de la sala esta vez, en un asiento con dos sillas, ya que había asientos disponibles. Yo estaba más alejada de la sala, más cerca de la entrada del consultorio.

Cuando veía que se acercaba mi turno, caminé hacia la puerta de la sala y me quedé parada en medio al ver que no había asientos, volteé y solamente estaba el asiento junto a él. Él miraba su celular pero de reojo a mi. Mordí mi labio nerviosa y fui a sentarme junto a él.

Crucé mis piernas y me senté derecha, saqué mi celular y empecé a escuchar música. Nada en especial. Después, sin darme cuenta, empecé a ponerme más cómoda, estiré mis piernas y me "recostaba" sobre el respaldar de la silla.

Cuando la dentista llamó a otro número y la persona que salió tenía que pasar en frente mío, me di cuenta de la pose que tenía. Linda la nena.

Me senté derecha, y él también, porque estaba en la misma pose que yo estaba.

Al rato me llamaron y entré, y volví a irme. Esta vez le dediqué una sonrisa antes de salir, y él hizo lo mismo.

Nuevamente mi vida normal por 15 días. Estudio, trabajo, amigos, dormir y comer.

Quince días después volví a ir. Estaba súper nublado, con mucho viento. Todavía no llovía, mejor porque tenía que ir caminando como siempre. Me puse un saco, borcegos, bufanda y salí.

Bajo el viento frío y con la cabeza baja llegué al consultorio. La puerta se abre de adentro solamente, así que tuve que esperar a que alguien se digne a apretar el santo botón para que pueda abrir la puerta.

Cuando al fin pude abrir, alguien me gritó de atrás para que no la cierre, ya que hacía frío y después hasta que vuelvan a querer abrir. Me di vuelta y era el chico este. Sonreí bajo mi bufanda y mantuve la puerta abierta mientras él corría hacia adentro

- Gracias - Me dijo - Después de vos - Me dijo mirándome a los ojos, medio sonriendo. Volví a sonreír y pasé a recepción. Él cerró la puerta.

Saqué mi número y él sacó otro detrás de mi. Estaba muy lleno de vuelta, me quedé parada junto a una pared, y él cuando vio que no había otro lugar para estar más que donde yo estaba me miró y sonrió tímido. Yo hice lo mismo y se posó contra la pared junto a mí.

Lo miraba disimulada. Es tan alto, ojos marrones, pelo marrón, linda sonrisa. En resumen, era lindo. No sé cuantos años tendría, pero se veía joven.

Había, de nuevo, una tensión rara entre nosotros. Quería que me hable, pero no se si lo iba a hacer, se veía muy incómodo, aparte había mucha gente

- ¿Hace cuanto venís? - Dijo él

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Holissss, bueno, primero que nada gracias por leer, desde el fondo de mi corazón :)

Esta es una historia que vengo escribiendo hace mucho, solamente para mí. Como una fantasía con un par de muchachos que me traen loca, y raramente son de mi país. Soy hincha de Boca y desde los 14 me empezó a interesar el fútbol, y desde entonces me traen loca un par de muchachos que serán los protagonistas de esta historia¡Espero se copen! Besooooos

Aguante el chori, el fernet y el fútbol, nos re vimo. 

Lo que tu corazón dicte ¤ TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora