Cap. 28

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Pasó un mes. El trabajo sigue igual, pero ahora con más confianza por parte de todo el plantel, cosa que es genial.

Con Jona estamos bien, como dijimos vamos a intentar ser como éramos antes, y vamos por buen camino.

Con Fer las cosas van cada vez mejor. Todos los lunes, miércoles y viernes me llevaba él, y normalmente me invitaba a almorzar o cenar, depende la hora de salida.

Un día lo invité a pasar a mi departamento cuando me llevó y cocine algo yo. Sé que mi departamento es una pocilga al lado de la casa que vive él, pero lo sentí como cómodo cuando estábamos ahí, lo que hizo que yo me sienta cómoda.

Ahí me dio nuestro primer beso, antes de irse.

Desde ese lunes cada vez que nos vemos nos saludamos con un pequeño beso. Así que imaginense como van las cosas.

Fer: - Quiero que lo conozcas

Dijo mientras manejaba hacia mi casa, un viernes, luego de una práctica.

Yo: - ¿A quién?

F: - A Mate - Lo miré - Yo le hablo de vos y le digo que muy pronto te va a conocer. A veces me pregunta, pero no quiero decirle mucho para que no le diga a su mamá

Y: - ¿Querés que conozca a Mate?

F: - Si... Es que te veo para rato en mi vida, y va a llegar algún momento en el que tengas que conocerlo ¿Por qué no ahora? - Sonreí

Y: - Me encantaría conocerlo. Es más, hoy te toca cuidarlo ¿no? - Él asintió - ¿Por qué no vienen a mi casa? Cocino algo rico, como pizza y eso, y lo conozco - Él sonreía

F: - ¿Vos decís? Si es mucho quilombo te puedo pasar a buscar y venimos a casa

Y: - ¿Cómo va a ser molestia? Si es como vos es un ángel - Él rió

Paso la tarde, yo estaba ansiosa, a las 4 vendrían.

4:00 PM

Los recibí, Mateo venía en brazos de su padre, quien tenía un gran bolso a su hombro, que imagen tierna.

Fer: - Anda con un poco de sueño

Fue lo primero que me dijo, procedió con pasar y presentarme a él. Yo lo miraba encantada, el chiquito estaba tímido.

Al pasar la tarde fue agarrando confianza conmigo, charlaba, me mostró cada unos de los juguetes que traía su padre en el dichoso bolso, se sentaba en mis piernas mientras yo hablaba con Fer... Hasta que se caía del sueño.

Fer lo tomó en brazos y Mateo se acurrucó en él, cayendo dormido a los pocos minutos.

Y: - Dame que lo llevo a la pieza, en mi cama

Y suavemente me lo entregó. Llevé a Mateo dormido a mi habitación así dormía mejor, cerré la puerta y volví al living con Fer.

Fer: - Me merezco unos mimitos yo también ¿no? - Sonreí y me senté a su lado en el sillón

Yo: - ¿Y por qué?

F: - Y no sé, viendo como mi hijo se lleva toda la atención de mi novia, lo llena de abrazos y de besos... - Subió los hombros - Me merezco algo - Dijo sonriendo pícaro. Mientras yo pensaba "NOVIA. NOVIA. DIJO NOVIA"

Y: - ¿Vos decis?

Dije arrimandome un poquito más a él y acariciando el tatuaje que tiene en el cuello. Apoyo su cabeza en el otro hombro y cerró los ojos, se ve que le gusta eso. Entonces me acerqué más todavía, arrodillada a su lado en sillón y comencé a besarle el cuello, ahí donde estaba su tatuaje. Él puso suavemente su mano sobre mi pierna izquierda y la movía. Cómo me gusta que me toquen las piernas. Luego de un ratito, me tomó de la cintura y me puso sobre él. Sonreí al ver la fuerza que tenía, él también sonrió, y comenzamos a besarnos con pasión.

Al rato me sacó la mosculosa que tenía puesta y me tocó todas las lolas (que no son muchas ah). Se ve que lo volvía loco los besos en el cuello.

Ya encontré su punto débil.

Nuestra respiración era agitada pero no nos separábamos. Ya podía sentir su erección entre mis piernas. Yo no podía evitar hacer un leve moviento hacia adelante (como si estuvieramos garchando con ropa basicamente). Él apartó el rostro entonces fui directamente a su cuello, me respiraba en la oreja y estaba bastante exitado. Después él comenzó a besarme el cuello, lo que me volvió loca a mi. Me tomó más fuerte, acercándome más a él y volvimos a besarnos.

De a poco fui acortando los besos y en una me salí de sobre él y me senté en sillón, mirando la televisión.

Él se quedó re duro, ahí sentado sin moverse recuperando su aliento. No sé por qué me gusta calentarlos y dejarlos, es algo que acostumbraba hacer.

F: - No me podés dejar así - Dijo sonriendo. Reí

Y: - ¿Así como? - Me miró riendo

Entonces me paré frente a él y apoyé mis manos en sus rodillas. Lo miraba seductora y él lamió su labio. Le saqué la remera y luego comencé a tocar su pija por arriba del pantalón. Lo miré y vi su gesto de aprobación, entonces le saqué el cinto, abrí el pantalón y empecé a hacerle una paja. Al ratito se la empecé a chupar. La tiene bastate bien el 5 eh, digamos que normal. Sus gemidos llenos de placer me hacían seguir. De vez en cuando levantaba la mirada, él estaba con la cabeza apoyada en el respaldar del sillón con los ojos cerrados, a veces con la boca abierta o mordiéndose el labio, respirando agitado. Al rato tenía que acabar, me dí cuenta por sus gemidos, entonces seguí haciendole la paja. ¡No sabia donde corno mandarme su wasca! ¡Ni loca me trago un lechazo ahi re tranca! Así que como yo no tenía remera dije ya fue y lo hice acabar en mis pechos.

Cuando terminó, yo seguía arrodillada entre sus pieras y él estaba que no daba más, totalmente agotado. Guardó la pija y se estaba poniendo el cinto. Lo miré y reí, él también rió.

Y: - Voy al baño - Dije parándome

F: - Si... andá - Dijo totalmente sin aire. Entonces reí de nuevo y me fui a lavar los dientes y eso

Volví y él seguía tirado ahí pero se había puesto la remera, entonces reí y él también.

Y: - ¿Ya estas mejor?

F: - Si - Dijo sonriendo - ¿Puedo pasar yo al baño?

Y: - Si, acá doblás y es la puerta del fondo

F: - Gracias. Ahí vuelvo - Se fue y al rato volvió - Pasé a ver como estaba Mate - Se sentó

Y: - ¿Y?

F: - Duerme como una bestia - Sonreímos - En la siesta es igual a mi, nunca falta y nadie me levanta

Y: - ¿Ah, si? ¿Y hoy?

F: - Y, hoy por vos una excepción - Sonreímos y ahí tomó mi mano

Nos quedamos viendo tele tomados de la mano toda la tarde. Ví que estaba cansado, después de todo esa misma mañana había entrenado. Le pregunté varias veces si quería dormir, no me molestaría en absoluto, pero él insistía con que estaba bien. Al rato se durmió en mi hombro. Es tan lindo, su cara es perfecta, esos ojos, esa boca, esa nariz. Aparte esa voz. Me puede en todo sentido. Sentir su respiración cerca mío. Sentirlo cerca mío... Ojalá esto dure porque siento que me va a hacer muy bien alguien ya maduro y diferente. A los 20 minutos se despertó. Y ahí pasamos la tarde.

Como Mate no se despertaba y eran cerca de las 8 de la noche, pensamos en qué ibamos a cenar.



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¡Gracias por leer!

Lo que tu corazón dicte ¤ TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora