Cap. 39

869 56 8
                                    

Jueves por la mañana.

Todos se habían ido al club Ferro a entrenar como hacian todas las mañanas en Tandil, pero esta vez yo me quedé a completar un papeleo que tenía. Estaba sentada en una mesa dentro de unos de los salones que tenía el hotel, traqui, ya que no había nadie.

Cerca de las 11 de la mañana escuché una voz.

Pichi: - Buenas - Levanté la mirada y el Pichi entraba a la sala

Yo: - ¿Que haces acá vos? - Se sentó en la silla que estaba en frente de donde yo estaba

P: - Si, todo tranqui ¿y vos? - Reí y él sonrió - Le batí al Vasco que me dolía la panza, que se yo - Dijo mientras miraba los papeles que había en la mesa

Y: - ¿Batiste? ¿Entonces que te pasa? - Suspiró y me miró

P: - Es que sabía que estabas sola... - "La puta madre" pensé por dentro. Se paró y puso la silla al lado mío - ¿Que hacías?

Y: - Unos papeles que el Vasco me pidió como favor

P: - Da, de seguro yo te doy algo más interesante para hacer... - Lo miré como sabiendo qué quizo decir - ¿Vamos? - Movió la cabeza a un lado

Y: - ¿A dónde querés ir vos? - Rió

P: - A mi habitación... - Lo miré - Daale boba, no hay nadie y sé que vos también querés - Levanté un ceja

Y: - ¿Y que te hace pensar que yo también quiero?

P: - Tu carita - Dijo y sonrió apenitas de costado. Cómo me pueden los chicos que hacen eso, entonces, sin darme cuenta, me mordí el labio - ¿¡Ves!? Tu carita me dice todo - Reí y miré para abajo - Esa carita linda... - Levanté la miradaba y él se estaba moriendo el labio. Entonces se acercó y me dijo al oído - Vamos - Empezó a darme besitos en el cuello. Entonces me paré

Y: - No. Cristian - Lo separé de mí - No puedo

P: - Ahh dale

Me tenía de la cintura e intentaba acercarme a él. Yo hacía un poco de fuerza pero no podía resistirme mucho. Sí, le tenía ganas. Estaba a dos centimetros de besarme. Yo ya me estaba desesperando y mi respiración sonaba agitada. Con mis mínimas fuerzas pude decir:

Yo: - No...

Entonces él suspiró y me soltó. Se iba caminando de espaldas a su camino mirádome, no dijo nada. Y finalmente salió de la sala. Yo suspiré de alivio y me apoyé sobre la mesa. Pero a los dos segundos él volvió caminando decidido hacia mí.

Pichi: - No puedo

Dijo, me tomó del rostro y me besó. Yo me sorprendí dos segundos y después le seguí el beso. Estuvimos así solo unos pocos minutos.

Pichi: - Vamos - Volvió a susurrarme al oído. Paré de besarlo en el cuello y lo miré - No hay nadie más que nosotros dos - Terminó diciendo para convencerme.

Subimos a mi habitación ya que tiene cama doble, nos tiramos en la cama, me saqué la remera y él su camiseta, seguíamos besándonos, hasta que bajó su mano y la metió en mi short tocandome y exitandome todavía más. Yo no daba más. Él tampoco. Yo lo tocaba y lo hacía gemir.

Lo que tu corazón dicte ¤ TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora