El lunes y el martes se me hicieron eternos.
¿¡POR QUÉ NO ME LLAMAN!?
SI ES NO, ME DICEN NO Y LISTO. PERO NO ME DEJEN CON ÉSTA INTRIGA QUE ME JODE LA MI VIDA.
Bueno, calmandome, llegó el miércoles y como fui a la facultad a la mañana lo invité a Jonathan a venir a la tarde.
El día estaba nublado y con una humedad terrible que me ponía de mal humor.
A las tres y media, por ahí, llegó Jona. Le abrí y ya se dio cuenta de todo.
- Epa ¿andamos dadas vueltas hoy? - Sonreí
- Pasa idiota - Cerré la puerta - La humedad me trata mal
- La cago a piñas - Dejó una bolsa sobre la mesita ratonera
- No, a vos te mata
-Ah boeno, disculpe señorita. Encima que te defiendo forrita - Sonreí y fui a abrazarlo - Mmm... No, no te perdono - Lo solté
- ¿Qué me importa si me perdonas? - Me miro con la boca abierta. Reí y lo agarré de la cara - Mentira gordito - Le di un beso en la mejilla - ¿Qué trajiste en la bolsa?
- Facturas te traje, porque sé que seguro no tenes nada para comer y después me mandas a comprar a mi - Dijo sentándose en el sillón y prendió la tele
- Te estaba por hacer un bizcochuelo. Deci que soy una genia y no lo hice - Me senté junto a él
- Si, me imagino eh... - Reí
- ¿Cómo te fue en el entrenamiento hoy?
- Bien, re bien... Nena, haceme unos mates, algo ¿que esperas? Move el orto, dale, dale, dale
- Bueno, bueno eh, a mi bajame el tonito che. Ahora no te hago una mierda
- ¿Ah no?
- No...
- Ah, pero sos re loca vos eh
- Si si, re loc-
Y me interrumpió porque me agarró upa y me llevó a la cocina. Ya ahí entre risas y gritos pidiéndole que me baje, me puso delante de la cocina. No tuve otra opción que ponerme a calentar el agua para hacerle el mate.
- No sabes como me gastaron - Estaba sentado sobre la mesa
- ¿Con qué? - Me senté sobre la mesada
- Y, con vos - Dijo sonriendo y poniéndose colorado
- ¿Que te decían? - Dije sonriendo
- Me preguntaban por vos, me decían que te tenía guardada para mi, que te presente al grupo, no sé - Reí
- Son re boludos... - Me baje a buscar el mate, el se mantuvo en silencio unos segundos
- ¿Te parece lindo alguno?... - Me quede callada y después lo miré
- ¿Por qué preguntas? - Le pregunte riendo. Subió los hombros
- Pregunto nomas
- Curioso - Volví a darme vuelta para cambiar la yerba del mate
- No me respondas boludita... - Volví a mirarlo
- Y... Si alguien, por ejemplo ¿no? Pongamos solamente un ejemplo... El Cata, para que entiendas que es un ejemplo - Él rió - Si me parece lindo el Cata y que se yo... ¿Vos me harías la segunda? - Se quedó mirandome fijo por unos segundos. Le tome la cara apretándolo - ¡Contestame! Sabes que odio que me dejen con la intriga - El rió
- Habrán pasado 5 segundos desde que me preguntarse, eso no es dejarte con la intriga. Y no, no te haría la segunda
- ¡Ay, ¿por queeeee?!
- ¡Porque el Cata no es tu tipo! - Reímos
*POV Jonathan*
- Sos un forro, yo sí te haría la segunda con cualquier amiga - Aia, eso dolió
- No soy forro, es que conozco a mis compañeros y no quiero que te hagan mal
- ¿A mi mal? - Rió - Dejate de jodeeer, soy una piedra papá
- Pff, si, ya me di cuenta. Piedra por lo pesada e hincha bolas que sos - Me pegó con un repasador que tenía a mano - Si sabes que te quiero
- A veces me haces dudar...
Finalmente me preparó el mate y volvimos al living*, prendimos la tele y charlabamos mientras tomábamos mate y comíamos las facturas.
Al pasar la tarde yo seguía ahí, no pensaba irme hasta que me eche, tan sutil como es ella me va a decir cuando ya quiera que me vaya.
Eran las 6 ya, y yo tenía sueño y, como siempre, la morza también, asi que nos fuimos a recostar a su pequeña habitación, donde solo tiene su cama de dos plazas, armario en la pared, mesa de noche, espejo y escritorio con su nitebook y equipo de música.
A pesar de que su departamento es pequeño y humilde amo ese lugar, me hace sentir tan en casa, tan cómodo.
Prendió la radio bajita, ya había apagado todas las luces h cerrado todas las ventanas y la puerta de su pequeño balcón. Ya parecía de noche, gracias a las nubes. Así que nos recostamos tranquilos, escuchando música, tapados, ella (como de costumbre) abrazándome, y yo acariciándole la cabeza.
Se notaba que estaba cansada, últimamente estuvo estresada y hoy no tuvo un buen día.
- Mica... - Susurré
Se había dormido. Así que yo saqué el almohada que me mantenía a medio sentar en la cama y me acosté a dormir una siesta junto a ella, mi mejor amiga.
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¡Gracias por leer!
Me encanta ver sus comentarios y votos ¡me animan a seguir! Así que muchísimas gracias :)
*living: sería como la sala, pero en este caso solo tiene un sillón, una mesita ratonera, un televisor plasma sobre su mueble, una lampara y una mesita junto a la puerta.
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Lo que tu corazón dicte ¤ Terminada
FanficMicaela, de 23 años, estudia kinesiología y es masajista en Buenos Aires, a pesar de que ella es rosarina. Se mudó allí para conseguir más oportunidades, ya que ella tenía grandes visiones. En su trayecto se encontrará con muchas personas. Tendrá...