Cap. 8

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El lunes y el martes se me hicieron eternos.

¿¡POR QUÉ NO ME LLAMAN!?

SI ES NO, ME DICEN NO Y LISTO. PERO NO ME DEJEN CON ÉSTA INTRIGA QUE ME JODE LA MI VIDA.

Bueno, calmandome, llegó el miércoles y como fui a la facultad a la mañana lo invité a Jonathan a venir a la tarde.

El día estaba nublado y con una humedad terrible que me ponía de mal humor.

A las tres y media, por ahí, llegó Jona. Le abrí y ya se dio cuenta de todo.

- Epa ¿andamos dadas vueltas hoy? - Sonreí

- Pasa idiota - Cerré la puerta - La humedad me trata mal

- La cago a piñas - Dejó una bolsa sobre la mesita ratonera

- No, a vos te mata

-Ah boeno, disculpe señorita. Encima que te defiendo forrita - Sonreí y fui a abrazarlo - Mmm... No, no te perdono - Lo solté

- ¿Qué me importa si me perdonas? - Me miro con la boca abierta. Reí y lo agarré de la cara - Mentira gordito - Le di un beso en la mejilla - ¿Qué trajiste en la bolsa?

- Facturas te traje, porque sé que seguro no tenes nada para comer y después me mandas a comprar a mi - Dijo sentándose en el sillón y prendió la tele

- Te estaba por hacer un bizcochuelo. Deci que soy una genia y no lo hice - Me senté junto a él

- Si, me imagino eh... - Reí

- ¿Cómo te fue en el entrenamiento hoy?

- Bien, re bien... Nena, haceme unos mates, algo ¿que esperas? Move el orto, dale, dale, dale

- Bueno, bueno eh, a mi bajame el tonito che. Ahora no te hago una mierda

- ¿Ah no?

- No...

- Ah, pero sos re loca vos eh

- Si si, re loc-

Y me interrumpió porque me agarró upa y me llevó a la cocina. Ya ahí entre risas y gritos pidiéndole que me baje, me puso delante de la cocina. No tuve otra opción que ponerme a calentar el agua para hacerle el mate.

- No sabes como me gastaron - Estaba sentado sobre la mesa

- ¿Con qué? - Me senté sobre la mesada

- Y, con vos - Dijo sonriendo y poniéndose colorado

- ¿Que te decían? - Dije sonriendo

- Me preguntaban por vos, me decían que te tenía guardada para mi, que te presente al grupo, no sé - Reí

- Son re boludos... - Me baje a buscar el mate, el se mantuvo en silencio unos segundos

- ¿Te parece lindo alguno?... - Me quede callada y después lo miré

- ¿Por qué preguntas? - Le pregunte riendo. Subió los hombros

- Pregunto nomas

- Curioso - Volví a darme vuelta para cambiar la yerba del mate

- No me respondas boludita... - Volví a mirarlo

- Y... Si alguien, por ejemplo ¿no? Pongamos solamente un ejemplo... El Cata, para que entiendas que es un ejemplo - Él rió - Si me parece lindo el Cata y que se yo... ¿Vos me harías la segunda? - Se quedó mirandome fijo por unos segundos. Le tome la cara apretándolo - ¡Contestame! Sabes que odio que me dejen con la intriga - El rió

- Habrán pasado 5 segundos desde que me preguntarse, eso no es dejarte con la intriga. Y no, no te haría la segunda

- ¡Ay, ¿por queeeee?!

- ¡Porque el Cata no es tu tipo! - Reímos

*POV Jonathan*

- Sos un forro, yo sí te haría la segunda con cualquier amiga - Aia, eso dolió

- No soy forro, es que conozco a mis compañeros y no quiero que te hagan mal

- ¿A mi mal? - Rió - Dejate de jodeeer, soy una piedra papá

- Pff, si, ya me di cuenta. Piedra por lo pesada e hincha bolas que sos - Me pegó con un repasador que tenía a mano - Si sabes que te quiero

- A veces me haces dudar...

Finalmente me preparó el mate y volvimos al living*, prendimos la tele y charlabamos mientras tomábamos mate y comíamos las facturas.

Al pasar la tarde yo seguía ahí, no pensaba irme hasta que me eche, tan sutil como es ella me va a decir cuando ya quiera que me vaya.

Eran las 6 ya, y yo tenía sueño y, como siempre, la morza también, asi que nos fuimos a recostar a su pequeña habitación, donde solo tiene su cama de dos plazas, armario en la pared, mesa de noche, espejo y escritorio con su nitebook y equipo de música.

A pesar de que su departamento es pequeño y humilde amo ese lugar, me hace sentir tan en casa, tan cómodo.

Prendió la radio bajita, ya había apagado todas las luces h cerrado todas las ventanas y la puerta de su pequeño balcón. Ya parecía de noche, gracias a las nubes. Así que nos recostamos tranquilos, escuchando música, tapados, ella (como de costumbre) abrazándome, y yo acariciándole la cabeza.

Se notaba que estaba cansada, últimamente estuvo estresada y hoy no tuvo un buen día.

- Mica... - Susurré

Se había dormido. Así que yo saqué el almohada que me mantenía a medio sentar en la cama y me acosté a dormir una siesta junto a ella, mi mejor amiga.






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¡Gracias por leer!

Me encanta ver sus comentarios y votos ¡me animan a seguir! Así que muchísimas gracias :)

*living: sería como la sala, pero en este caso solo tiene un sillón, una mesita ratonera, un televisor plasma sobre su mueble, una lampara y una mesita junto a la puerta.

Lo que tu corazón dicte ¤ TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora