-Capitulo 25-

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Llegamos al recinto donde se celebra la fiesta. Esta todo decorado con adornos navideños y hay luces de colores por todos lados. Hay mucha gente, mas de la que pensaba que habría y esto es grandisimo. Es como una discoteca a lo grande.

-¡Vamos a la barra!- dice Marta cogiendome del brazo sin dejarme decir nada

-Ni se te ocurra pasarte, eh- digo cuando llegamos a la barra

-¡Claro que no!- dice y pide dos Ron Barceló con cocacola.

Nos dirigimos con los demás pero alguien tira de mi brazo, y como no, Marta no se da cuenta y sigue con su camino. Para mi alivio es Hugo.

-Buenas señorita- dice él con su perfecta sonrisa y me da un abrazo

-Ya no dices ni que te vas de fiesta, eh- digo haciéndome la ofendida

-Ya... Pero creo que a Alvaro no le caigo bien, y lo último que quiero es que se enfade contigo por mi culpa-

Es un amor.

-Si es que te tengo que querer. Y de eso nada. Eres mi mejor amigo y él lo tiene que entender-

-Vale, voy a estar por aquí. Iré a verte después- dice y yo sigo con mi camino.

Llego con los demás, después de averme perdido dos veces entre toda la gente. La parte buena es que ya se donde están los servicios.

-Me habías asustado- dice Alvaro cuando llego

-Es que me había encontrado a Hugo y después ya no veía a Marta y me he perdido- río y el pone mala cara cuando digo Hugo.

-Ah... ¿Bailas conmigo?- sonríe

Me tiende la mano y se la cojo.

No se cuanto rato pasa mientras bailamos, pero ya me he bebido tres cubatas. Miro a mi alrededor y veo a Marian, me acerco a ella corriendo y la cojo del brazo.

-Ven conmigo al servicio, por favor- le ruego. No quiero ir sola y como me aguante mas me lo ago encima.

Ella asiente y me sigue corriendo.

Llegamos a los servicios y para mi sorpresa están vacíos. Mejor.

Marian creo que esta pedo, porque no para de reírse, porque si, y no la entiendo. ¿Oye? ¿Y ahora porque hablo así?

Salimos y Marian se queda mirando descaradamente a un tío que parece estar muy borracho y me dice en alto:

-Lidia, mira que tío mas bueno- al oír esas palabras el muchacho se acerca, y yo le pego un tirón del brazo a Marian. Antes de que aga algo de lo que se arrepienta.

Llegamos a la zona donde están todos y me encuentro a Alvaro sentado en el sofá con cara de agobio. Él aun no me ha visto, pero a su lado hay una chica demasiado cerca, es rubia, pero rubia de bote. Para que os agais una idea, tiene el pelo como la Ylenia de gran hermano. Lleva un vestido extremadamete corto y unos tacones que dan vertigo, por no hablar del escote. Casi se le salen las tetas de silicona eaas que lleva. Guarra.

Me acerco a Alvaro y él le dice algo a la chica, ella me mira con asco y Alvaro se levanta rápidamente.

-Eres mi salvación... ¡Me quería meter mano!- dice

-Ah- estoy bastante molesta, él se podría aver ido de ahí perfectamente.

-No te habrás enfadado ¿No?- dice cogiendome la cara con las manos. No le contesto y lo miro un poco enfadada -No te enfades, por favor...- añade y me besa.

Vuelvo a mirar a la zorra esa y me pone cara de asco, pero se va y me pongo feliz. Mientras que esté lejos. ¿Quien soy? Yo nunca hablo así.

Pedimos dos cubatas mas y yo a decir verdad, no me siento mareada, estoy perfectamente. Pero ya me estoy haciendo pis otra vez.

Hasta el final de mis dias (Alvaro Auryn)™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora