"Una grata bienvenida"

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"No hay que entenderlo amor, Adam es especial, lo sabemos" fueron las palabras de Venecia que dejaron a Noah pensativo. Adam había echo un dibujo de una versión futurística de ellos, y en esa foto, había dibujado también a Angel.

Era increíble como las cosas cada vez eran más irreales para el ojo humano pero tan verdaderas para otros. Si hace unos años le hubieran dicho que terminaría casado con un ser de luz y con un hijo que tendría que salvar el mundo, se hubiera reído por una semana entera.

Estaban en la camioneta que los llevaría al hotel. El viaje en avión había sido bastante largo y no veían la hora de llegar a su casa y ver a sus amigos, además de a los gemelos que habían nacido mientras ellos estaban en España.

- Yo creo que tendríamos que hacer una guardería en el hotel -opinión Franco.- Con los gemelos ya son siete niños, y cuando nazca la hija de Maia van a ser ocho.

- Y cuando ustedes dejen embarazadas a sus chicas otra vez, van a ser como veinte -rió Valentín que estaba sentado junto a Devi. La camioneta era lo bastante grande como para que entraran todos sin incomodidades.

- Deberías incluirte -comentó Manuel.- Si estás todo el día con Devi quien sabe lo que pueda llegar a pasar...

- Nosotros no hacemos... ese tipo de cosas... -se sonrojó Devi. Valentín miró por la ventana haciendose el distraído.

- Si claro... -dijo Noah.- Eso decía Venecia hasta que me conoció.

- ¡Hey! -la pelirroja lo golpeó.

- Además ya tienen dieciséis -dijo Franco.- Ya deben haber echo algo.

- No todos somos unos pervertidos como vos Franco -dijo Valentín a lo que él rió.- Además ¿no estábamos hablando de los bebes?

- ¿Falta mucho para llegar Daimon? -preguntó Joaquín al conductor con ansiedad. Necesitaba ver a Maia con urgencia, ella estaba embarazada y le preocupaba que estuviera sola.

- No, estamos cerca -contestó.

Joaquín asintió y bajó al vista hacia su hijo que dormía entre sus brazos.

Franco volteó a ver a Azul que miraba por la ventana cabizbaja.

- ¿Pasa algo? -preguntó preocupado.

- No, nada... -Franco alzó una ceja dando a entender que no le creía.- Es que me preocupa el niño que se llevó Jack -admitió.

- Es cierto, además es el novio de Anto -dijo Noah metiendose en la conversación.- Ella debe estar muy triste.

- Callate -Franco lo miró molesto.

- Yo sólo digo...

- Noah tiene razón. Quizás deberíamos buscarlo así mi sobrinita se pone feliz -agregó Matías mirando a la aludida que dormía sobre Manuel.

- ¡Callate! -repitió Franco más fuerte.

- Ok, ok... Tranquilo... -Noah y Matías sonrieron divertidos mientras chocaban puños.

- Él va a estar bien -dijo Daimon mientras conducía.- No creo que Jack le vaya a hacer algo, lo necesita vivo.

- ¿Pero lo volveremos a ver? -preguntó Azul.

- Seguramente -afirmó Daimon.- Quizas en unos años.

- Y entonces Anto podrá darle el beso del reencuentro -dijo Noah y miró a Franco burlón.

- ¿Vos queres que te pegue cheto? -preguntó éste con notoria molestia.

- Somos amigos, no deberías hacerlo.

- A veces dudo si en verdad somos amigos, o sólo me hablas para molestarme.

Noah rió.

- Yo te molesto pero siempre con amor, que quede claro -dijo en son de paz.

- A todo esto, ¿cómo era eso de que son unos santos y no se que más? -habló Manuel señalando a Devi y Valentín que se besaban abrazados.

- Muy ser de luz mentir eh -dijo Noah.

La pareja se separó y los miró en silencio.

- No voy a decir nada grosero, porque los quiero -dijo Devi con una calma que daba miedo.- Pero si no los quisiera, les pegaría una buena patada en los... -Valentín le tapó la boca antes de que terminara.

- Ya ven lo que pasa cuando la hacen enojar -dijo su novio mientras los chicos reían al ver la expresión de Devi.

Luego de eso se quedaron todos en silencio mirando por las ventanas ansiando el momento en que llegaran al tan esperado hotel donde sus amigos los esperaban. En esos pocos minutos en el que Daimon manejaba y sólo Joaquín hablaba cada tanto preguntando cuando llegarían, los cuatro niños se despertaron con las energías a mil revolucionando la camioneta.

- Definitivamente tener más niños sería un caos -dijo Matías mientras los cuatro niños se lanzaban entre ellos los caramelos que Venecia les había comprado.

- ¡Llegamos! -los ojos de Devi brillaron con emoción al ver el gran hotel frente a ellos. Uno a uno, los chicos fueron bajando de la camioneta y seguramente los que estaban dentro del hotel los habían escuchado, pues de un momento a otro, las puertas se habían abierto y todos habían salido corriendo hacia ellos.

- ¡Están bien! -chilló Gisel corriendo hacia su novio.

- ¡Bruno! -Joaquín junto a su hijo corrieron hacia Maia que los abrazó efusivamente.

De a poco, todos se fueron abrazando, saludándose y diciéndose cosas sobre cómo estaban. Ámbar les presentó a los gemelos que en vez de llorar al ver tanta gente, reían felices. Obviamente no tocaron el tema de la perdida del bebe de Noah y Venecia, ya todos lo sabían pero no querían que se pusieran mal en este momento en el que volvían a estar todos juntos.

- Entremos, hay una sorpresa -dijo Gopal que sostenía a uno de sus hijos.

Los chicos entraron con curiosidad sobre esa sorpresa y sonrieron al ver que dentro del arca estaban los padres de todos y un gran cartel que decía "Bienvenidos".

- Ahora sí, estamos todos juntos -dijo Noah pasando un brazo por los hombros de Venecia y dejando un casto beso en su cabellera, dispuesto a tener una grata bienvenida.

Corazón Aliado (One-Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora