"En el closet"

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- Venecia, sos mi amiga y te quiero, pero algún día voy a matar a tu hijo. -Comentó Franco recostándose contra la pared que tenía detrás y doblando las piernas contra su pecho. Venecia suspiró, y Valentín y Manuel, que estaban en la misma posición que Franco, asintieron en acuerdo con su amigo.

- No es mi culpa que Adam nos haya encerrado en el closet -Contestó Venecia cruzándose de brazos.- Algo le habremos echo para que nos hiciera esto... -Se quedó pensativa intentando descubrir la razón por la que Adam, con tan sólo tres años, se las había ingeniado para encerrarlos a los cuatro en el closet del cuarto de Manuel. Por suerte este era de un tamaño aceptable como para que entraran los cuatro, y tenía una pequeña lámpara en el techo que los alumbraba.

- Yo no le hice nada. -Dijo Valentín.

- Yo tampoco. -Habló Manuel.

- Ni yo. -Negó Franco.

- Tampoco recuerdo haberle echo algo. -Dijo Venecia.- Es mi hijo, ¿por qué me encerraría en el closet?

- Por eso mismo, porque es tu hijo. -Respondió Franco.- Y tu hijo nació poseído por el diablo, sin ofender al diablo claro. -Rió y Venecia golpeó su brazo.

Luego de eso, los cuatro se quedaron en silencio.

- ¡Malos! -Gritó alguien afuera del closet. Los cuatro identificaron la voz de Adam y se abalanzaron contra la puerta.

- ¡Adam! ¡Abrinos! -Gritaban mientras golpeaban la puerta, desesperados.

- ¡No! ¡Uno de ustedes se comió mi chocolate! -Gritó el niño desde el otro lado. Se miraron.

- ¿De qué hablás? -Preguntó Valentín.

- ¡Era mi chocolate! ¡Y no les voy a abrir hasta que me digan quien fue!

Escucharon como los pequeños pasos apurados de Adam se alejaban cada vez más, y luego una puerta se cerraba. Frustrados volvieron a sentarse como estaban.

- Bien, ¿quien se comió el chocolate de mi hijo? -Preguntó Venecia mirando a los tres jóvenes. 

- ¿Por qué nos mirás a nosotros? Podrías haber sido vos gila. -Dijo Valentín indignado. No le gustaba para nada tener que estar ahí encerrado como si fueran prisioneros de un niño que ni siquiera superaba los cuatro años.

- ¡Yo no fui! -Dijo Venecia rápidamente.- ¡Alguien tuvo que ser!

- A ver, el único momento en el que estuvimos en la cocina, donde estaba el chocolate de Adam, fue antes de que llegaran todos para almorzar. Repasemos todo lo que hicimos cuando estuvimos los cuatro juntos en la cocina. Capaz alguno si lo hizo y no lo recuerda. -Dijo Manuel.

- Ok... -Asintió Venecia.- Recuerdo que...

***

Venecia POV

La luz del sol me despertó bien temprano, siempre era lo mismo. Volteé sobre mi cuerpo para encontrarme con Noah que seguía dormido. Ni la música que comenzaba a sonar en todo el hotel -cortesía de Gopal- lograba despertarlo hasta pasada las once de la mañana. Me quedé un largo rato observándolo hasta que besé su mejilla y me levanté. Me bañé y luego bajé al lobby, encontrándome con Gopal que cambiaba la música a una más movida mientras Ámbar intentaba atrapar a los diminutos gemelos que corrían divertidos para no ser alcanzados por su madre.

Fui a la cocina, los domingos siempre nos juntamos todos incluidos los padres de Manuel, Azul, Matías y Franco, Gisel y Ailen, y Maia. Eramos bastantes pero era el único día en el que podíamos juntarnos todos como familia.

Corazón Aliado (One-Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora