Mentiras

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Ambos permanecen en silencio, Rick le ha ofrecido algo para beber pero Kate se ha negado, según ella, sólo necesita cinco minutos.

- Y bien.- Castle decide romper ese incómodo silencio que ha surgido entre ellos.- ¿a qué se debe esta visita tan inesperada aunque agradable?

- No puedo dormir Castle, no cuando sé que el tipo que me disparó sigue libre. Tengo que acabar con esto.

- Con acabar te refieres a...

- A matarlo.- responde Beckett terminando la frase de su compañero.

- Sé lo mucho que deseas hacerlo pero no es la mejor forma, y tú lo sabes mejor que nadie.

Kate se levanta del sofá, sus manos echan el pelo hacia atrás.

- Ese hombre me disparó Castle, y está involucrado en el asesinato de mi madre.

- Lo sé pero, tan sólo digo que no te precipites. Querrás obtener información antes de acabar con su vida, ¿no?

Kate no responde, al menos no enseguida. Tiene ganas de acabar con ese hijo de puta pero Castle tiene razón; hay que planear las cosas y no hacer un movimiento falso.

- ¿Seguirás conmigo?- Éste quiere estar con ella pero no sólo en el ámbito profesional.

- Siempre Beckett. ¿Quieres quedarte a dormir?- La expresión de Kate divierte al escritor.

- Sólo dormir, tranquila sé que duermes con el arma al lado.

- Pero, pensaba que el loft sólo tenía tres habitaciones.

- Y así es, el sofá es cómodo. Tú puedes dormir en mi cama, lo necesitas más que yo.

- Gracias por la oferta Castle pero me iré a casa.

- No puedo permitirlo, ya que te niegas a tener escolta, no me queda más remedio que secuestrarte contra tu voluntad.

La pareja tiene uno de esos momentos en los que el tiempo se detiene, sólo existen ellos dos.

Kate acaba accediendo, Rick no puede emocionarse y a la vez se siente aliviado.

- Puedes ponerte uno de mis pijamas o una camisa si lo prefieres. No olvides despertarme para ir a la comisaría.

- Castle, yo...- pero éste le detiene.- no me agradezcas nada, somos compañeros.

- Buenas noches inspectora, disfruta de la cama, es un colchón muy bueno además de caro.

- Que descanses Castle.- Kate se queda sola en la enorme habitación, no hace frío así que opta por ponerse una de las muchas camisas de Richard.

La tela todavía tiene su perfume a pesar de haber sido lavada. Su cuerpo se amolda perfectamente al colchón.

- Hola, Katherine.- Beckett no reconoce esa voz pero le aterra, busca con la mirada pero no hay nadie.

- Tuviste suerte en el funeral pero la próxima vez que nos veamos no tendrás tanta suerte.

- ¿Quién eres? ¿Qué es lo que quieres?

- Shhh, tranquila. Ya habrá tiempo para hablar...o quizás no.- el sonido de un disparo sobresalta a Kate.

- ¡Nooo¡- se levanta toda empapada en sudor y con los ojos enrojecidos. Sus manos acarician la cicatriz de la bala.

- ¡Beckett!- Rick entra corriendo, se relaja al ver que no hay nadie, tan sólo su compañera muy alterada.

- ¿Qué ha pasado?

- Una pesadilla, es recurrente. Pensaba que si iba al psicólogo desaparecerían pero no da resultado.

- ¿Vas al psicólogo? ¿Desde cuándo?

- Un mes después del funeral, órdenes de arriba.

- ¿Quieres que te prepare algo para calmarte?- Kate se percata de que Rick va tan sólo con unos pantalones de chándal.

- No gracias, se me pasará.

- De acuerdo, voy a regresar al sofá. Estaba soñando con mi segundo Pulitzer.

- ¡Castle espera!- Éste se detiene en la puerta, en realidad deseaba que algo así ocurriese.-¿puedes quedarte conmigo? Sólo hasta que me vuelva a dormir.

- ¿Estás segura?

- Completamente, por favor.- Castle se tumba junto a ella, Kate deja caer la cabeza sobre su pecho.

- Oye Kate.

- Mmm...

- ¿De verdad no recuerdas nada de aquel día?

- Tan sólo el disparo, después todo se volvió negro. ¿Por qué?

- Curiosidad, buenas noches, otra vez.

- Buenas noches Castle.

Y la pareja se queda profundamente dormida a los quince minutos. Duermen abrazados, totalmente ajenos a las mentiras, por parte de él y de ella.

A la mañana siguiente...

Kate se despereza como solía hacerlo, sus manos se estiran por toda la cama, entonces se da cuenta de que Castle no está. Seguramente regresó al sofá.

- ¡Buenos días Beckett!- Su compañero prepara el desayuno mientras escucha la radio, Alexis le acompaña.

- Buenos días, ¿qué hora es?

- Temprano, te da tiempo a desayunar, ir a casa y darte una ducha.

Kate se sienta junto a la joven pelirroja, Alexis le dedica una sonrisa; esa mujer le cae bien a pesar de que su padre se haga el héroe con ella.

- ¿Cómo llevas el último curso?

- Estoy muy agobiada Beckett, las universidades me presionan y no sé qué hacer.

- No te preocupes, eres una chica muy inteligente. Tomarás la decisión correcta.

- Gracias, debo irme.- Alexis besa la mejilla de Rick, se despide de Kate y se marcha.

- Debes de sentirte muy orgulloso.

- Pues sí pero detesto que siga con ese tal Ashley, no es bueno para ella.

- Eres su padre, ningún hombre te parecerá decente.

- Puede ser. ¿Has dormido bien?

- De maravilla, te lo agradezco.

- Tú hubieses hecho lo mismo por mí.

- Lo dudo.- responde ella pinchando una pieza de fruta fresca.

- ¿En serio? Me decepcionas Beckett.

- Si vienes a mi casa, dormirías en el sofá.

- Ja ja, que graciosa.

Todo puede cambiar en un instante, en tan sólo un segundo. Para Kate y Rick, sus vidas darán un giro inesperado que les llevará a ver su relación de otra forma.

RISEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora