Y ahora tú

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Semanas más tarde...

Kate ha estado muy distraída últimamente, y todos , al igual que ella, saben el por qué.

Sale de la comisaría sin saludar a nadie, sus compañeros son conscientes de cuando tienen que apartarse y dejarle su espacio.

- ¡Katherine!- La inspectora ha terminado en el loft de su compañero, lleva días intentando hablar con él pero siempre salta el contestador.

- Hola Martha, ¿puedo pasar?

- ¡Por supuesto!- La mujer le invita a sentarse en el sofá. Ninguna habla hasta que transcurren unos minutos.

- Oye querida, Richard no está, ¿a qué se debe esta visita?- Beckett entrelaza sus manos, ella es la única responsable de que el escritor se fuese un tiempo a los Hamptons para "desconectar".

- No he descansado como es debido desde que tu hijo se fue, siempre pienso en la discusión tan fuerte que tuvimos.

Esa discusión es cosa de su hijo y la inspectora pero es verdad que ambos están más afectados de lo que pensaban.

- Lo siento, Katherine. Pero yo no sé que puedo hacer, Richard fue muy explícito; necesita tiempo, sin nadie.

Beckett se levanta y se echa el pelo hacia atrás, si continua así tendrá que pedir la baja en el trabajo, ya se lo dijo Gates al ver sus prominentes ojeras.

- Tengo que hablar con él pero no me coge el teléfono. Es evidente que sigue enfadado y lo comprendo.

Martha comienza a sentir una profunda lástima por esa joven, Richard está enamorado de él y puede perderla por orgullo.

- Si prometes no revelar mi identidad, te daré la dirección de nuestra casa en los Hamptons.

- ¡Muchas gracias Martha!- Kate se abalanza a sus brazos, reprime las lágrimas.-¡Te debo una!

- Tan sólo quiero que traigas de vuelta a Richard. Tú le importas, Kate, muchísimo.

- Lo sé, y él a mí. Somos compañeros.

Kate se despide de Martha, le vuelve a agradecer su ayuda antes de entrar en el ascensor. Se guarda el papel en el bolsillo, arranca el coche y pone rumbo a los Hamptons.

Marca el número de Espo, activa el manos libre del coche.

- Espo.- responde él por la otra línea.

- Javi soy yo, me voy a los Hamptons. Tengo que recuperar a mi compañero.

- ¿Para eso me llamas?

- Necesito que me cubráis durante mi ausencia, estoy enferma.

- ¿Y de qué, si puede saberse?

- ¡Y yo que sé, improvisa! Tengo que colgar. Ya te informaré.

Kate piensa en lo que debe decir a Rick antes de que le de con las puertas en las narices, no hay mucho tráfico a esa hora del día.

El sol se va ocultando lentamente tras el océano. Kate ha memorizado la dirección, sonríe al ver el Ferrari del escritor.

Antes de tocar decide llamarlo por si Castle ha cambiado de opinión pero el resultado vuelve a ser el mismo.

Toca la puerta con los nudillos esperando a que alguien aparezca. Pega la oreja para intentar escuchar algo pero la puerta es demasiado gruesa.

Cuando Beckett está a punto de rendirse, unos pasos se acercan a la entrada.

- ¿Si...?- Una mujer de unos cincuenta y pocos años, pelo canoso y con una sonrisa, atiende a Kate.

- Disculpe, ¿aquí vive Richard Castle?- Pregunta Beckett temiendo haberse equivocado.

- El Señor Rodgers está ocupado en este momento, ¿quiere que le de algún recado?

- Dígale que Beckett ha venido para disculparse.

La mujer asiente, se despide y cierra la puerta. Kate observa la casa, hay un pequeño camino que parece que lleva a la parte trasera.

Camina en silencio, un precioso jardín se encuentra en la parte de atrás, Kate reprime un grito al ver a Rick tumbado al sol.

- Con que, eso es estar ocupado, ¿no?- Castle se levanta sobresaltado al escuchar la voz de su compañero.

- ¡¿Beckett?! ¿Qué haces aquí?- la inspectora no se mueve, teme propiciarle un golpe.

- ¿A tí qué te parece? Yo sufriendo por la discusión y tú tomando el sol. No tenía que haber venido.

- Entonces...¿por qué lo has hecho?- Rick se levanta y camina hacia ella con las gafas de sol.

- Para disculparme, la culpabilidad me está matando. Apenas pego ojo. Vale, hice mal en mentirte y no me siento orgullosa por ello pero por favor, escúchame.

- No Kate, te dije que si te importaba no me buscases, y aquí estás.- Kate observa cómo su compañero se quita las gafas, unas enormes ojeras ocupan su rostro.

- ¿Tú no pegas ojo? Yo tampoco, te dije lo que sentía Kate y lo ignoraste. Es cierto que al principio no nos soportábamos pero los sentimientos cambian.

- Castle, no puedo perderte, eres muy importante para mí. Somos compañeros.

- Kate...no...no es tan fácil. Necesito tiempo.- Beckett no es de las que se rinden tan rápido, cruza los brazos y permanece de pie.

- No pienso moverme de aquí hasta que no recapacites, sé que lo hice mal pero puedo recompensarte.

- Tienes que trabajar, no vas a durar mucho en los Hamptons.

- ¿Qué te apuestas, escritor?- Rick olvida su enfado por un momento, de nuevo, comienza un juego entre ellos dos.

- Lo que quieras, inspectora.

Kate manda un mensaje a Espo, el asunto va a llevar su tiempo.

- Ya está, puedo ausentarme tres días. Esto acaba de empezar, Castle.

- Veo que no llevas equipaje, dime, ¿vas a ir con esa ropa todos los días?

- Si no recuerdo mal...tienes una hija y una madre que tienen ropa aquí. Cuento con su apoyo incondicional.

- Eres buena, Beckett.

- Ya me conoces...mejor que nadie.

RISEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora