Capitulo VII

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Meneó la cabeza y le sonrió.

-Qué extraño. Habría jurado que nunca besaste a una muchacha. Bueno, supongo que ustedes, los españoles, manejan las cosas de una manera diferente.

-Sí, es cierto. -En realidad, _____estaba pensando en lo apuesto que era Michael, en su cuerpo tan bien formado y que por esas cualidades, seguramente no necesitaría ninguna técnica, fuera cual fuere. Probablemente con sólo decir a una mujer que deseaba besarla, sin duda ella accedería poniéndose de puntillas para ofrecerle sus labios. -¿Cómo las manejan ustedes?.

-¿Realmente quieres saberlo?.

-Por supuesto. -No bien escuchó esas palabras, ____se dio cuenta de que se había horrorizado. Michael la miró asombrado, pero ella pensaba en su educación y en lo que esperaba de él.

Pero, ¿hasta dónde llegaría con todo aquello?, se preguntó Michael una vez más. ¿Por qué esa traviesa muchacha no terminaba ya?. ¿Le permitiría que la llevara al interior del burdel?. Michael no sabía que hacer. Había estado convencido de que ella tendría que haber terminado con la farsa diez minutos atrás. Entonces él podría haberla regañado, ponerla en su lugar y mandarla de regreso a casa, a su cama virginal. ¿Debería contarle todo lo que aprendió él su primera vez?. Decidió que tendría que ser ella quien pusiera punto final a todo. Bien...

-Bueno-dijo él- fue con una mujer bastante más mayor que yo y muy experimentada. Primero me enseñó todo lo relativo a mi cuerpo. Yo, era un joven muy sensual, no pude contenerme. Pero a ella no le importó. Me dejó estallar sin recriminaciones... tres veces, según recuerdo. Y entonces empezó con mi educación. ¿Quieres que sea más específico, *****?.

-Creo que es suficiente. Gracias.

¿Qué habría querido decir con "estalló tres veces"?.

_____se detuvo y se quedó mirando la entrada al burdel. Cerró los ojos por un momento. Sabía que debía hablar y terminar con todo ya. Debía decirle que *****era _____para que él la mirase de otra manera. ¿Qué hacer?.

Michael se volvió hacia ella. Le dijo muy seriamente.

-¿Quieres, *****?. ¿Quieres entrar?.

_____no prestó atención a la preocupación que apareció en su voz. Ni a la seriedad de su pregunta. Sólo al desafío.

¿Qué se suponía que tenía que hacer si una de las mujeres se le acercaba?. Cerró los ojos. Sabía que había llegado demasiado lejos.

-Sabes, muchacho-dijo Michael, después de presenciar las maniobras faciales de la joven durante varios minutos-. Según tengo entendido, hay una sala de observación.

_____lo miró sin entender. Él continuó pacientemente.

-Sabes, un hombre no tiene que participar, necesariamente. Por ejemplo, existen quienes prefieren observar a los demás. Disfrutan así. O, en tu caso, podría ser un paso preliminar, eh... una introducción. Podrías aprender algunos trucos.

-No lo sé.

Michael quería que la muchacha terminara con eso de una vez por todas. Entrecerró los ojos. ¿De verdad quería eso?. ¿De veras quería ver una relación sexual entre un hombre y una prostituta?.

Apareció un musculoso e inmenso gigante rubio, con sus robustos brazos cruzados sobre el pecho.

-Un momento-dijo Michael. Puso la mano sobre el brazo de _____y la condujo a un lado-. ¿Y bien?. ¿Qué prefieres?.

_____estaba perpleja. Michael la presionaba. Bueno, ella también podría presionar.

-Quiero ver su técnica. -Sabía que no se atrevería a desnudarse si ella lo miraba. No, no lo haría.

Noche de tormenta (Michael Jacksón)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora