Capitulo VII

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Michael le ofreció un pañuelo y le dijo:

-Límpiate la boca.

Ella obedeció y se puso de pie. Se quedó donde estaba, mirando hacia otro lado. Michael miró a ambos lados de la calle y notó que se acercaban algunos hombres. La tomó de un brazo y la llevó hacia las sombras.

-Prefiero que nadie me vea con un muchachito haciendo pucheros en medio de la calle.

-No hago pucheros. No más.

-Gracias a Dios.

La apoyó contra la esquina más próxima.

-Quédate aquí. No te muevas. No consideres hacer otra cosa que no sea respirar.

Dada la orden, Michael fue hacia un pequeño bar y volvió con una botella de whisky.

-Aquí tienes. Bebe un sorbo, que te hará bien.

_____miró la botella. Jamás había bebido whisky en toda su vida. Pero tenía un sabor horrible en la boca. Empinó la botella y bebió bastante. Se quitó la botella de la boca y trató de respirar.

-Me arde el estómago-murmuró y los ojos se le llenaron de lágrimas. Michael tomó la botella y la miró. Estaba inclinada hacia adelante, con la mano en el estómago, tratando de respirar. Le dio pena por un momento.

Esta traviesa era la responsable de todo. No él. Bueno, en cierto modo, él también, pero...

-¿Mejor?.

-Hmmm-dijo ella con voz quebrada-. ¿Cómo se puede beber esa cosa?. ¡Es mortífera!.

-¿Te sientes mejor?.

-¿Quieres saber si volveré a vomitar?. No, no lo haré. -Lo miró con profundo disgusto-. Creo que debo darte las gracias.

-No has aprendido demasiado en esta clase.

Ella tuvo un escalofrío y él le sonrió.

-¿No te agradó la técnica masculina?. ¿El modo en que le tocaba los pechos, la manera en que metía primero un dedo, después el otro, luego...?.

-¡Basta!. ¡Fue asqueroso y degradante!. ¿Cómo habría reaccionado él si hubiera sido ella la que le hacía eso?.

Él rio y ella lo miró boquiabierta.

-Se hace, mi querido muchacho, de verdad.

-Pero es imposible. Los hombres no... -Se calló la boca.

-A los hombres les gusta mucho que las mujeres los chupen. ¿Tuviste oportunidad de ver cómo ella iba trabajándolo con la boca antes de que perdieras el control y salieras corriendo?.

Ya era demasiado. _____se volvió y empezó a caminar. No quería volver a ver a Michael Jackson. Tenía que admitir que había caído en su propia trampa, pero si él no la hubiera provocado tanto...

-Creo que ya ha sido más que suficiente-le escuchó decir _____a sus espaldas, con un tono de voz más iracundo del que jamás le había escuchado. ¿Suficiente o qué?, se preguntó, y aceleró la marcha. Sintió que la tomaba de un brazo y la jalaba hacia atrás. -¡De verdad ya es suficiente!-le dijo entre dientes-. ¡Ahora , señorita _____(tu apellido), me gustaría mucho saber cómo hizo para convencer a su padre de que le permitiera hacerse pasar por hombre!.

Y le arrancó el sombrero.

_____no se movió. Se sentía llamativamente tranquila, como si la marea del destino la hubiera alcanzado, dejándola limpia y medio ahogada. Era extraño ver cómo las demás cosas le flotaban en la mente en ese momento, cosas insólitas. Sintió que su trenza se desenrollaba lentamente sobre su espalda. El aire fresco de la noche le pareció una bofetada sobre la sudada frente. Fue maravilloso poder liberarse de aquel maldito y caluroso sombrero.

Noche de tormenta (Michael Jacksón)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora