500 días con él; •K&P•

00.1

Día Uno
Katniss; 4:00am.

Pierdo el sueño después de 4 horas de sueño, dormir sigue siendo una tortura, pero comparando con los primeros días, podemos decir que he dormido más de lo normal.

Aunque no parezca estos últimos 8 meses de soledad que he vivido en el distrito no han sido tan malo como esperaba. Digamos que ya volví a mi peso normal, y me alimento como una persona promedio, Haymitch volvió al distrito y me acompaña cuando no esta tan ebrio, Sae y su nieta vienen con frecuencia a prepararme la comida y acompañarme, para no sentirme tan sola.

Pero lo único que no ha cambiado es mi estado de ánimo. Sigo culpándome por todas esas muertes que causo, tanto la guerra como los juegos, pero en especial, por él, Peeta no tenía la culpa de todo lo que le hicieron, y lo peor de todo es que aún no ha vuelto al distrito, y para serles sincera, lo extraño más de lo que pensaba...

Me levanto de la cama, para dirigirme al baño y tomar una ducha con agua caliente, ya que estamos en pleno invierno. Después salgo del baño para vestirme con ropa casual, y colocarme las botas de cazar. Termino de vestirme, salgo de mi habitación, y bajo las escaleras. Para dirigirme a la cocina y prepararme una taza de café. Mientras el café se cuela, escucho un sonido un poco raro, que proviene de afuera, lo ignoro ya que probablemente sea ese gato, intentando matar un ratón.

—Estúpido gato.— Digo entre dientes.

El café se termina de colar, y tomo la taza, normalmente suelo salir al bosque después de tomar mi café, pero como es muy temprano, así que solo me siento en el salón a disfrutar de mi café y ver como se quema las cenizas de la chimenea. Esto me gusta ver el fuego, es un poco irónico ya que yo era "la chica en llamas" en capitolio, pero igual me gusta ver el fuego.

Termino de beber el café, y coloco la taza sobre la delgada mesa de Vibrio. Tomo la chaqueta de caza de mi padre, para salir a dar unas vueltas por el distrito, pero al salir mi casa, mis ojos se conectan con unos profundos ojos azules he intensos, Pero no esos ojos que me miraban con rabia en el distrito 13, si no esos dulces ojos me miraban en el cada noche en el tren.

Le dedico una sonrisa, y él me la devuelve, y sigo mi camino hacia al bosque pensando "Peeta volvió", pero, "¿seguiremos siendo amigos?" "¿o un tengo oportunidad de ser mas que eso?", pase lo que pase, trataré de recuperarlo...