CAPÍTULO XV: Jasemine sueña a Axl.

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Estaba dolida por la ruptura con Axl, no lo voy a negar. Aunque otra cosa que no voy a negar es que me dolió más ver como él y la perra se besaban en la fiesta. Miré mi mano izquierda: aún no me acostumbraba a no tener el anillo. Me fui a la cama y a oscuras empecé a llorar recordando los momentos que tuvimos juntos. Con una botella de vodka me quedé dormida. Tuve un sueño extraño.

En el sueño me encontraba caminando por un laberinto de piedras. El lugar era frío, la iluminación pobre y en el suelo había niebla. Los muros eran altos parecidos a los de una cárcel. Corrí por los extensos pasillos oscuros y fríos, pasillos que casi siempre me llevaban a la nada. Una gran cantidad de espinas agarró mi pierna derecha mientras huía y caí al suelo. Desmayada, fui arrastrada por las espinas hasta un frío lugar. Comenzó a sonar la canción Don't cry y pasaron todos los recuerdos con Axl. También ví que, cuando estaba en coma, Axl no se separó de mi lado en ningún momento. No se si eso pasó de verdad o si fue producto de mi imaginación. Un fuerte dolor en el pecho apareció y nuevamente me desmayé. Desperté en un cuarto y a mi lado estaba la perra encadenada. Estaba muy agresiva y de su cuello colgaba la llave de la puerta. Tomé una espada y en una lucha cuerpo a cuerpo logré sacarle las llaves, aunque eso me valió un rasguño en el brazo. Huí nuevamente y corrí fuera de ese castillo. No podía dejar de correr mientras las espinas trataban de alcanzarme. Me encerré en un cuarto y me puse un antifaz. Caminé y me di cuenta de que se trataba de una fiesta elegante, pero no había invitados. Un chico de cabello recogido en una coleta se me acercó y empezamos a bailar al ritmo instrumental de la canción antes mencionada. Él era buen bailarín, aunque no pude ver su rostro sospeche de quién se trataba. Quise huir, pero un impulso me decía que debía de quedarme aquí. Todo llega a su fin y la canción terminó. Nos sacamos los antifaces revelando nuestros rostros. Era Axl, no cabía duda.
Axl: -Te extraño, dulce niña mía-
Jasemine: -Yo también te extraño, amor-
Sin decir palabra alguna nos besamos. Fue un beso en el que ambos nos dijimos te extraño sin necesidad de pronunciar palabra alguna.

Desperté sudando aunque con un buen sueño...

Entre armas y rosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora