28. [KaiSoo]

Fotografía 4.

Las nubes en el cielo están teñidas de gris y un espeluznante blanco, liberando pequeñas gotas de lluvia que mojan el rostro de Jongin a medida que camina por la calle, dirigiéndose apresurado al parque con paraguas en mano y el pensamiento preocupado de llegar tarde.

Había salido antes de clases y, para matar el tiempo libre, acompañó a su padre para comprar unos electrodomésticos que su madre necesitaba. El tiempo fue más de lo esperado y ahora Jongin está llegando tarde a la hora involuntariamente acordada que tiene con su salvación para la Muestra de Carreras.

En el parque sólo hay una pareja de mayores a metros de distancia, casi irreconocibles mientras caminan de la mano, el hombre tomando un paragua trasparente con la mano que tiene libre; Jongin piensa que sería una linda fotografía para mostrársela a su madre, pero Kyungsoo está sentado en el banco de siempre, sonriendo a la nada con los ojos cerrados mientras las pequeñas gotas de agua fría golpean sus párpados, frente y su boca.

Jongin camina con preocupación y le acerca el paragua azul cuando se encuentra frente a él.

—Por favor, ten esto. Te vas a enfermar —le dice y Kyungsoo abre ambos ojos para verlo con credulidad.

—Ya estoy enfermo —responde con cierta tristeza y el moreno siente un escalofrío en su espina dorsal, pero no hace preguntas al respecto. Es incómodo y Jongin prefiere evadir los temas que son incómodos de hablar con alguien que apenas conoce—. ¿No te gusta la lluvia? —cambia de tema de manera ágil y Jongin mueve su cabeza en modo de negación—. Bueno, a mí me encanta y nunca tuve la oportunidad de estar así.

—¿Así cómo?

—Así...así —tiende el paragua hacia Jongin y permite que el frío de la lluvia vuelva a tocar su rostro, mientras sus ojos nuevamente se cierran y la comisura de sus labios se eleva hacia arriba, mostrando una sonrisa satisfecha.

Jongin no insiste en darle el paraguas, al contrario, se dedica a observarlo y ya siente que se trata de un hobbie. Su vestimenta negra y su bufanda gris es la misma, pero hay un gorro azabache sobre su cabeza, ocultando gran parte de su cabello y dándole el aspecto de un pequeño y adorable gnomo. El más alto busca su cámara en la mochila con una mano, procurando no hacer ruido, y la enciende para así posicionar el lente en su ojo y apuntar a Kyungsoo, hasta que el enfoque está bien, las gotas que caen bañan su rostro lo suficiente y una leve sonrisa adorna su boca, sólo en ese momento, Jongin presiona el botón y digitaliza el momento.

El pelirrojo no se da cuenta y él ríe, elevando demasiado su voz, ésta vez sí captando la atención del más bajo que gira su rostro hacia Jongin y lo mira con sus grandes orbes marrones, no sin antes toser de una manera seca mientras cubre su boca. Jongin ignora eso.

—¿Qué es tan gracioso? —pregunta con voz áspera y el fotógrafo le muestra la imagen con una expresión divertida impregnada en su rostro.

—Saliste bien —dice y Kyungsoo aleja una gota de agua que permanece en su ojo con un pestañeo, entonces se observa a sí mismo con los párpados cerrados y una sonrisa aliviada mientras la lluvia lo moja. Se sonroja y muerde su labio inferior para intentar no llorar; Jongin lo nota—. ¿Qué ocurre? ¿No te gusta cómo salió? Puedo...puedo borrarla.

—No, no, no es eso. Es sólo que...verás, es la primera vez que me veo a mí mismo tan tranquilo y relajado —al ver que Jongin parece no saber cómo responder a eso, Kyungsoo niega con su cabeza y partículas de lluvia caen de ella—. ¿No se te adormecerá el brazo si sostienes tanto tiempo esa cosa? Podemos sentarnos bajo un árbol.

Jongin asiente y suaviza sus músculos cansados, dejando que la incomodidad se aleje muy lejos, al igual que ellos dos que comienzan a caminar unos metros más apartados del banco donde Jongin conoció por primera vez a Kyungsoo. Terminan sentados bajo un sauce viejo pero con muchas hojas y ramas que los protegen del agua fría que ahora parece intensificarse, cada vez más gotas gruesas de lluvia cayendo con mayor rapidez e ímpetu.