Epílogo.

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(n/a): En verdad no tengo palabras para describir lo agradecida que estoy con cada uno de ustedes, por los votos y comentarios, por la paciencia y el eterno amor/odio que le dieron a esta historia, estos personajes y esta cruel autora. Después de siete horas de subir el extra, les traigo el final de 28, echo con todo el cariño del mundo, aunque puede ser raro para algunos y desilusionante para otros ya que esperaban más, pero ésto es todo lo que tengo para contar.

Si tienen ganas de sentir lo que yo sentí al escribir, les recomiendo escuchar el video que pegué arriba mientras leen. Es una canción hermosa, ojalá les guste y el capítulo también. Esto lo escribí en 2015, finales, y a mitad de 2017 le hago una corrección masiva.

Tengan una buena lectura y muy buenas noches a todos. <3


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Al principio no duele.

Jongin sigue yendo al parque con un rostro cansado, se sienta en la banca de siempre y observa el parque. En un momento determinado, él saca su cámara fotográfica, posiciona su ojo en el visor y toma una fotografía de un banco vacío.

No, no duele.

Pero sí...sí hay un vacío difícil de llenar cuando Jongin vuelve a su departamento, conecta su cámara a la portátil y observa aquella fotografía. Hay un vacío, uno muy difícil de esquivar con la mirada, porque Kyungsoo iluminaba ese banco. Y ahora sólo es oscuridad.

Luhan le entregó una carta hace semanas, pero Jongin no quiere leerla aún, ni siquiera abrirla, porque sabe que no es sólo una carta. Ese pedazo de papel, como específica en una punta de la hoja doblada, son las memorias de Kyungsoo, para él. Las había prometido y ahí estaban.

Aunque Jongin prefiere millones de años luz que sea Kyungsoo quien le relate de su pasado, con su sonrisa expresiva, sus grandes ojos y sus sonrojadas mejillas. Quiere que sea él, escuchar nuevamente su voz, mirar su boca moverse palabra por palabra y besarlo cuando termine. Pero se conforma con su caligrafía, nada más que sus silenciosas palabras escritas en un papel.

No es hasta en un mes del veintiocho de septiembre que Jongin se va de la ciudad a la naturaleza; le habría encantado que Kyungsoo esté con él en ese viaje, en verdad le habría encantado tenerlo junto a él. En cambio, Jongin viaja solo con el dinero justo y necesario para sobrevivir, pero sin hogar en la Confederación Suiza. Aun así, tiene su cámara y una carta de gran valor. No necesita nada más.

La primera mañana, muy temprano, está preparado para el atónito frío que lo invade rápidamente al salir de la cabaña, camina sin ninguna dirección, cargando consigo su cámara, dos mil CHF, las memorias de Kyungsoo en el bolsillo de su campera, del lado izquierdo de su pecho y el vacío.

Para alguien como Jongin, siempre fue muy fácil viajar, conseguir dinero, pasajes e irse; el problema es que nunca lo ha hecho, no con las clases de fotografía, la muestra de carreras torturándolo cada día, sus padres obligándolo de una manera involuntaria a permanecer detenido en Busán. Esta es la primera vez que está lejos, sin nadie diciéndole qué hacer, sin ataduras en sus manos impidiéndole huir. Por fin puede volar.

Le gusta la sensación, pero le gustaría que haya alguien ahí con él, sonriéndole y llenando el vacío con su presencia, ayudándolo a ser como antes...antes de entender que sólo esa persona importa en su vida. Sí, sólo Kyungsoo.

Cúrame el vacío desea decirle, gritarle o implorarle, sólo desea una mano para que pueda dejar de sentirse de esa manera, pero Kyungsoo no está ahí y el vacío continúa agrandándose.

28. [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora