Fotografía 9.

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Esta es la última fotografía de Kim Jongin en la carpeta nombrada "Do Kyung Soo", luego de dos años, les traigo un final que me gusta más que el anterior.

No hay cosas interesantes, solo un chico sufriendo la pérdida y como lidia con ella, nace por la necesidad de explayar lo último que tenía que escribir para esta historia. No hay nada más para escribir; este es el fin definitivo de "28".

Hubo cambios en Fotografía 8, por lo que deberían leerlo de nuevo (si quieren) para entender partes de Fotografía 9.

Ojalá les guste...

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Hay una posibilidad de rearmar su vida; luego de volver de Suiza en invierno, su ciudad se ve triste y amargada, carente de emoción a como era antes, o tal vez se trata de Jongin quien presenta esas características. Jongin consigue un empleo en un restaurante como mozo, no se permite sacar del fondo de su maleta la cámara fotográfica, así que decide ocupar sus horas en ese trabajo de turno completo, puede pagar la comida, las facturas del departamento y los productos esenciales con los que debe vivir el resto de sus días.

Todo se mantiene en una monótona línea, donde Jongin camina con pasos pulverizado, sin nada a su alrededor que muestre una pizca de algo mágico, algo que eleve en la cima el ser del chico, todo es tan vacío. Hasta que Jongin llega al final de la monótona línea y esta se derrumba.

Cubre las horas de un compañero un jueves veinticuatro de abril al mediodía, en eso, mientras limpia la mesa seis para que los siguientes clientes puedan ocuparla sin problema, Jongin es sorprendido por una voz detrás de él y un toque brusco en su brazo. Al girarse, se encuentra con la señora Hae Won.

El chico traga saliva y sus ojos arden de forma instantánea al observar a la señora que, la última vez que se encontraron casualmente, fue en el parque Hong Dung. Una imagen en su cabeza comienza a formarse como si se tratase de piezas perdidas en lo más profundo del abismo que representa el inconsciente, muchas piezas de un rompecabezas que no tarda en solidificarse en su mente; un chico de espaldas a él, con un libro entre sus manos, camina lento, sus pies casi acariciando la tierra seca del parque mientras se aleja aún más de Jongin.

La señora Hae Won lo saluda, le habla mientras Jongin termina de limpiar la mesa y colocar los condimentos y una entrada de panes con distintos sabores; aunque el antiguo fotógrafo ignora en parte lo que la mujer le dice, presta suma atención cuando le habla de la vida perfecta de sus nietos. Le cuenta como uno de sus nietos mayores, Jung Oh, está de maravilla en un curso de fotografía marina aquí en la ciudad, dice que recién empezó y su abuela ya encuadró varias de sus fotografías de la vida en el océano.

—¿Curso de fotografía marina? —Jongin repite para sí mismo y la señora Hae Won sonríe orgullosa—. Me alegro mucho por él, espero que le siga yendo bien —el muchacho sube la mirada y mira los ojos de la mujer, observando la curiosidad en ellos.

—Supongo que sigues con la fotografía, ¿no? —Jongin indica un débil no con su cabeza, recibiendo una mirada de lástima por parte de la mujer—. Mis nietas amaron la fotografía que les hiciste —dice con una sonrisa, apoyando su mano sobre el hombro de Jongin—, querían que lo sepas.

—Y es bueno saberlo —Jongin sonríe tímido, vulnerable a los halagos, más aún cuando se trata de su pasión sepultada.

Desaloja la mesa y termina de colocar cada objeto en su lugar de forma monótona, como se le enseñó en un principio antes de comenzar a trabajar. Busca una carta con el menú del restaurante y la deposita con cuidado a un lado de la señora, que se percata de la carta a un lado y deja de maquillarse con el pequeño espejo que tiene a un lado.

28. [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora