CAPITULO 5

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Mientras rodeaba con la cuchara el cereal con leche de su plato, Samuel soltaba varios bostezos, no pudo conciliar el sueño en toda la noche, así que se levantó muy temprano por la mañana y decidió salir a correr.

La imagen de Guille besando a aquella chica muy cerca de sus labios estaba viva en su mente, incrustada en su cabeza ¨tal vez es porque nunca lo he visto así de sonriente con una mujer¨ dijo la voz de su conciencia para calmarlo, ¨Pero ¿Y si se va a vivir con ella, o peor aún, la trae a vivir aquí?¨ dijo ¨aquello¨ para intentar confundirlo, ¨pues eso no importa¨ pensó él con resignación ¨ya no importará ni ahora ni en el futuro¨.

Dejó la cuchara en el plato y se agarró la sien, queriendo sacar todos esos pensamientos de su cerebro; volvió en sí y se dispuso a seguir desayunando cuando vio a Guillermo entrar a la cocina con cara de pocos amigos y unas ojeras que parecían bolsas de té; agarró un plato y se sirvió cereal, sentándose en la mesa justo frente a Samuel.

Nuevamente ahí estaban los dos sentados en silencio sin dirigirse ni una sola palabra; A Samuel ya no le estaba gustando la actitud extraña de Willy, le comenzaba a preocupar mucho, pues pensaba que ya era demasiado el tiempo que estaba sin mostrar enojo alguno.

Samuel conocía a Guillermo y sabía que a él no le gustaba decir lo que sentía; si algo le molestaba, mostraba una expresión de descontento, pero hasta ahí, porque al poco tiempo una gran sonrisa volvía a aparecer en su rostro, ocultando sus emociones, sin embargo, este enojo, lejos de desaparecer, se acumulaba dentro de él; decía que Willy es como una bomba de tiempo, llegando un momento en el que no podía aguantarlo más dentro de sí, soltándolo sin importar en el lugar que estuviese. Por esa razón, Samuel debía actuar de inmediato y con cautela, como uno de esas brigadas antiexplosivos, llevando la bomba a un lugar seguro para hacerla estallar, a un lugar secreto para que no se dieran cuenta los demás; silencioso, por lo cual estaba decidido a hablar con él antes de irse a Las Vegas.

Guillermo suspiró -Habló Luzu- dijo sin dejar de mirar su plato -Quiere que nos reunamos hoy en la noche, tiene algo importante que decirnos-

Samuel alzó la mirada, asintiendo pausadamente con la cabeza, -dice que te estuvo marcando- continuó Guillermo -pero no contestabas- alzó las cejas y terminó con una mueca en su boca.

-¡Oh, sí! Fui a correr en la mañana y olvidé llevarme mi móvil- contestó Samuel agarrando su nuca avergonzado; Willy terminó de desayunar y se levantó de la mesa. -Espera, Guillermo...- Samuel también se levantó.

-Dime- Guillermo contestó sin mirarlo a los ojos dejando su plato en el fregadero.

-Quiero hablar contigo- Samuel dio unos pasos acercándose a guille.

-En otra ocasión, debo ir a trabajar- Guillermo dio media vuelta para salir de la cocina, pero fue detenido de la muñeca por Samuel -Aún es temprano-

-Dije que en otra ocasión- alzó un poco su voz, moviendo bruscamente su brazo para zafarse de Samuel.

- Tú sabes que debemos hablar- dijo el de la barba espesa - es importante que sepas lo que ha pasado y me gustaría que me dejaras hablar y....-

-Ya cállate- masculló con furia Guillermo, con esa expresión de molestia en sus ojos que intentó desaparecer frotando su rostro con la mano, inhaló una gran bocanada de aire, colocó sus manos en la cintura, exhaló cerrando los ojos, dejando salir un poco del enojo acumulado y movió su cabeza de arriba abajo lentamente -está bien, si quieres hablar, adelante- hizo un ademán con la mano permitiéndole la palabra.

Intentó hablar, de verdad que lo intentó pero las palabras que quería decir se quedaron atoradas en su garganta, saliendo de él sólo balbuceos tontos que no expresaban nada; Guillermo movió un poco su cabeza, acercando el oído izquierdo y arqueando la ceja, soltando después una carcajada a modo de burla.

Volátil ||Fanfic Wigetta||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora