Capitulo 7 "Un nubarrón cercano"

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    En mi casa nunca se celebró la navidad, pero aun así siempre fue una fecha bonita. Tengo muy lindos recuerdos de las Navidades en Buenos Aires, sidra, fuegos artificiales, algunos familiares que venían a casa a pasar algunos días aunque no festejáramos tal fecha. O bueno, todo eso antes de que mamá y papá se separaran. No había muchos preparativos, pero por alguna razón, aquí si. Faltaban 10 días para navidad y ya en todo New York se respiraba un aire frió pero colmado de dulzura y belleza. Manhattan se vestía de muchas lucecitas de colores, tanto de día como de noche. Dentro de 3 días, el centro de rehabilitación cerraría sus puertas hasta el 25, ese día harían una gran fiesta para los residentes. Era martes, las nubes seguían cubriendo al cielo en su totalidad. "-Puede que nieve pronto, nada mas lindo que la ciudad cubierta de nieve-" dijo Abby mirando desde la ventana, un nubarrón a lo lejos. Reí y levante la vista de mi café, dirigiendo mis ojos hacia aquel nubarrón. Abby suele ser muy positiva, para todo. 

 " -Mamá no se levantó a desayunar, otra vez-" Le dije a mi hermana, un tanto intrigado. Mi trato con mi mamá últimamente era escaso. Solo la veía durante la cena, me preguntaba como estuvo mi día, a mi hermana igual. Terminaba su cena, nos abrazaba calidamente y volvía a su habitación. Tengo que admitir que esas cosas mas que tranquilizarme, me preocupaban. 

  "-Hace días la noto diferente ¿te diste cuenta? ya casi no ríe, su mirada no es la misma, su voz guarda angustia aunque ella quiera cubrirla, intenté hablar con ella pero es casi imposible, dice pocas palabras y luego se va a dormir-" Respondió Abby mientras tomaba su bolso y su abrigo para ir a sus ensayos. 

  Terminé mi desayuno y giré mi silla en dirección a la habitación de mi mamá. Abrí la puerta despacio y me acerqué hasta su cama, ella aun dormía. Recosté mi cabeza en su colchón, tomé su mano y la hice reposar sobre mi mejilla. Entonces sentí como poco a poco su mano se volvía mas cálida, sentí sus caricias con un gran alivio. "-No te olvides...   Hay tormenta.... Guarda calma... sigue..-" Dijo ella. Con calma levanté la mirada y noté que ella seguía dormida. Entonces sentí como un puñetazo de angustia entre mi estomago y mis pulmones. Cerré los ojos, volví a recostarme y a tomar su mano. 

  Cuando desperté, ella no estaba. Tome mi abrigo y eché un vistazo al reloj. Sentí que el tiempo me corría y mis brazos estaban decaídos como para ir con velocidad. Aun así, respiré hondo y emprendí camino hacia el centro de rehabilitación. Al llegar todo era la misma rutina de siempre, ir al gimnasio, salir a la pista en el parque, etcétera. Pero todo cambiaba cuando aparecía Cynthia. Ese día ella estaba un poco cansada, por lo que no pasó mucho tiempo en las rampas. Dimos unas vueltas al parque y volvimos bajo los arboles donde habíamos hablado la ultima vez. Esta vez puse mi silla a la par de la de ella, y enseguida, ella tomó mi mano. "-¿y que esperas? aun se muy poco sobre ti-" dijo con la respiración agitada y su tímida sonrisa pintada en su rostro. Le conté sobre Abby, sobre su carrera, sobre nuestra vida en Buenos Aires, sobre la separación de mis padres. Nunca conté sobre mi vida con tantos detalles, pero ella preguntaba todo. De momento nos quedábamos mirando en silencio y ella reía y me preguntaba si algo me pasaba, hasta que le pregunté "-¿puedo saber por que quieres saber de mi?-". Su sonrisa se mantuvo unos segundos mas y, en su silencio, comenzó a decaer. 

"-No fue mi intención incomodarte-" dijo bajando la mirada. 
"-No, no es por eso, disculpa no quise hacerte sentir eso-"  Debo admitir que entonces me sentí muy idiota por mi pregunta. Noté que comenzó a soltar mi mano. Rápidamente tomé su mano con mas fuerza de lo normal, sin darme cuenta. Su expresión en ese momento lo dijo todo: sus cejas a medio fruncir, su sonrisa radiante y una risita que se escapaba de su asombro. -"Sucede que, algo en mi hace que quiera saber más de ti"- dijo mirando hacia el cielo y luego hacia mis ojos. Debo admitir que esos pocos segundos en silencio, mirándonos a los ojos, fueron suficientes como para que le contara la mitad de mi vida. Sin embargo preferí dejar mis aburridas anécdotas entrelazadas con Algún que otro mal chiste para romper el hilo de la conversación, para otro momento. -"¿Y que tal si me cuentas sobre ti? hasta ahora sé de tu accidente, de tu pasión por las rampas y...-". Cynthia interrumpió riéndose cálidamente "-Y yo, se que hasta las fiestas "tomarás mi mano" y luego?-" dijo como sarcásticamente, haciendo comillas con sus dedos. Lejos de molestarme, admito que me causó gracia y mucha ternura.

"- ¿te comenté que odio el sarcasmo?-" le dije riendo.
"- y yo odio los títeres, me aterran-" dijo en tono de broma con su voz dulcemente irónica

  Hablamos un largo rato. Hablamos de títeres aterradores, de películas de terror, de comedia, hablamos de teatro, de Broadway, de mi hermana Abby, hablamos de ropa, de rampas, de autos, de aviones... hablamos de accidentes, de dolores, de como nos puede cambiar la vida de un segundo al otro sin darnos la oportunidad de elegir nuestro destino.

"-Es así... un día te encuentras caminando hasta sin darte cuenta el valor de cada paso, abrazas a tu familia como sueles hacerlo siempre sin pensar y convencido de que es tan solo uno mas de tantos abrazos, ves lo bien que va tu vida y te vuelves ciego por la luz de tu camino... tan ciego, que encuentras la piedra justo después de tropezar con ella, y a veces la piedra, o la caída, no la eliges tu. Entonces el golpe duele mas y ahí estás, y ya nada es como antes y... tienes dos opciones, abandonar el camino o...con esfuerzo..." Dijo Cynthia mientras nos acercábamos a la puerta para irnos. Tomé su mano y ella me dio un beso en la mejilla. Me di cuenta que lo hizo sin pensar por como alejó la cara después y tiñó sus mejillas de color rojo.

"- Te escribiré luego-" le dije mientras la veía alejarse despacio ayudada por su madre, supongo, por el parecido creí que debía ser su madre.

"- okey, es...-" "-UN HECHO-" interrumpí gritando para que me escuche. Ella rió, su madre también y siguieron camino.

  había hecho apenas unos metros, cuando de pronto vi a Abby bajando de un auto. "-Uf, creí que no llegaría, acompañé a mamá al hospital y me dijo que volvería sola, así que vine a buscarte, necesito respirar un poco-" dijo mirando al cielo. El nubarrón de esta mañana ya estaba encima nuestro, pero como aun no nevaba, decidimos pasear un poco y comprar algo para la cena. Al llegar, las luces del pórtico y del living estaban encendidas. Mamá había llegado directo a su cama a acostarse. Mientras Abby preparaba la mesa y la cena, fui a su habitación a despertarla para cenar, pero se encontraba profundamente dormida. Cuando logre despertarla dijo que se sentía muy cansada y que esa noche, no cenaría con nosotros. Entonces tomé su mano, ella acarició mi mejilla y volvió a dormirse. De pronto sentí el mismo puñetazo de angustia, ese que había sentido esta mañana. Me alejé despacio dejando la puerta entrecerrada.
   La cena fue un poco rara, pero no estuvo mal. Últimamente hablábamos mucho con Abby, y cada charla era única. La comida estaba muy bien, aunque casi ni las saboreamos, Abby volvía anhelando comer ya que se pasaba el día ensayando y yo, admito que luego de hablar con Cynthia, se me abría el apetito.

"-Nunca había visto nubes tan negras-" dijo Abby mientras lavaba los platos. "-Se a vecina una tormenta quizás, espero que pase antes de navidad-"

(Hola seguidores! He tenido problemas familiares y numerosos bloqueos de escritor. Pido mil perdones, y les prometo que en breve estaré retomando la historia. Un fuerte abrazo y sepan que los leo en cada comentario y me dan mucha fuerza. #NuevoDiaVerde)

(Luego de 3 años, vuelvo!!! PRONTO NUEVO CAPITULO)

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⏰ Última actualización: Nov 13, 2019 ⏰

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