Harry tenía apenas seis años, había empezado el primer grado del colegio una semana atrás y ya no se sentía tan emocionado como al principio. Los niños eran malos con él, el pequeño creía que haría muchos nuevos amigos desde el primer día, pero estaba equivocado.
Harry era amable con todos, pero lo que recibía solo era rechazo e insultos por parte de sus compañeros. Era viernes, su madre fue a recogerle como todos los días, ya que el pequeño no quería usar el autobús, su madre no había hecho preguntas, solo dio por hecho que la razón era que quería pasar más tiempo con ella. El pequeño esperaba frente a la escuela, con su pequeña mochila sobre su espalda. La camioneta de su madre se estacionó frente a él, abrió de inmediato la puerta trasera y entró.
-Hola cariño, ¿cómo te fue hoy?. -Preguntó, como todos los días.
El rizado no quería decirle que sus compañeros habían escondido su lapicero favorito en algún lugar y no quisieron devolvérselo. -Bien. -Dijo, sin ánimo.
-Esa carita no dice lo mismo, ¿pasa algo malo, hijo?. -Preguntó, preocupada.
Harry no quería angustiarla así que le mintió, odiaba mentir. -La maestra nos puso a escribir mucho, estoy cansado mami. -Dijo, la madre le creyó.
-Es viernes amor, no tienes clase los siguientes dos días. -El pequeño sintió un profundo alivio al escuchar a su madre decir esto, él aún no sabía este tipo de "reglas".
-¿De verdad no tengo que volver hasta dentro de dos días?. -Su madre le inquietaba la emoción de su hijo por no ir a la escuela.
-No cariño, pero creí que estabas emocionado por entrar al colegio, ¿por qué ya no te gusta?. -Preguntó, dudosa.
-Uhm, s-sí me gusta, pero extraño jugar con Max. -Max era el nombre de su perro, un labrador golden que le habían regalado sus abuelos un año atrás.
De nuevo, Anne, se tranquilizó y aceptó la excusa. -Bien cariño, además, te tengo una sorpresa. -Dijo, como si se tratase de una cosa asombrosa.
-¿Qué sorpresa?. -Preguntó el pequeño, curioso.
-Lo verás cuando lleguemos a casa. -El pequeño hizo un berrinche, pero aceptó esperar a llegar a casa para averiguar lo que su mamá no le quería contar.
(...)
El pequeño de ojos verdes, comía rápido sus verduras, su madre soltaba una risita de vez en cuando al verlo hacer tal acción, su hijo odiaba las verduras, pero ella le prometió que le mostraría la sorpresa cuando terminara.
Harry soltó el tenedor sobre el plato completamente limpio y se recargó en la silla, como si hubiese hecho una hazaña que le había costado un gran esfuerzo.
-Mami, ¿puedo ver la sorpresa ahora?. -Preguntó, ansioso.
Anne, sonrió y asintió con la cabeza. El pequeño saltó de la silla y corrió hasta la sala principal, tomando la pequeña cajita envuelta que estaba sobre la mesa ratona.
-Abre con cuidado, te puedes cortar con el papel. -Advirtió la madre, el pequeño asintió y con dificultad, desenvolvió la "sorpresa".
-¿Una libretita como la de mi hermana?. -Preguntó, emocionado.
-Se llama "diario" cariño, a Gemma le regalé el suyo cuando era un poco mayor, pero tú pequeño, eres un niño con una gran imaginación y creo que era tiempo de que tengas uno. -Dijo con dulzura.
El pequeño Harry, siempre observaba a su hermana escribir en su diario, Gemma le explicaba que en él escribía las cosas más interesantes de su día, a veces eran cosas lindas y otras cosas que la ponían triste o enojada en ocasiones. Amaba simplemente ver aquel pequeño cuaderno por afuera, ya que su hermana le decía que un diario era privado, que solo su dueño podía leer su contenido.
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Life is blue [Larry Stylinson]
Storie d'amoreEstar enamorado de ti es como mirar ambos lados antes de cruzar la calle y luego ser golpeado por un avión.