Venganza.

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Antes que nada, quiero cambiar un poco el panorama de esta historia, he cambiado el prólogo, les invito a que lo lean, y otra cosita más, desde ahora será narrada desde el punto de vista omnisciente (3ra persona o autora) Pienso que le dará un poco más de trama a la historia, en fin. Cualquier duda o sugerencia, ya saben que pueden decírmelo en los comentarios, los leeré y responderé todos. Ayo!

Cuando Mike volvía con la pastilla y un vaso de agua, observó a un Chester admirando el lugar como un niño en una dulcería, una pequeña sonrisa en sus finos labios rosa, que ahora habían perdido un poco el color, se veían pálidos y Mike sentía como que esa boca le llamaba para sentir sus labios regordetes y calientes, para volver a la vida. No. Qué estoy pensando? Es un hombre. No puede ser. Aunque una parte, por más minúscula que sea, pedía a gritos atacar esos labios finos y suaves y llenarlos de amor y besos todos los días. Y lo sabía. No podía ignorarlo.
De pronto Chester se dio cuenta de la presencia del otro hombre en la habitación, giro su cabeza y lo miró fijamente a los ojos, luego a la pastilla y el vaso. Tonto, dale la medicina ya, que seguro ya está muriendo por la resaca. Mike reacciona y le entrega la pastilla y el vaso, Chester acepta y se toma la pastilla y acaba con el contenido del vaso. Mike lo mira con una mirada curiosa.
- Vaya, ¿tienes más sed?, o tienes hambre?.- Al haber dicho la palabra "hambre" el estómago de Chester hizo más ruido de lo que debía. Como un león marcando su territorio.
- Hm.. Parece que si, y mucha. Ven, te daré algo de desayunar. Aunque no te prometo hacer mucho, no se cocinar.- Al terminar la frase Mike suelta una pequeña risa y extiende su mano para ayudar a Chester a levantarse.
- N-no necesito d-de t-tu ayud-da.- Dice Chester sonrojándose y mirando a un costado. Luego vuelve la mirada a Mike y aún sigue con la mano extendida y con las cejas levantadas en señal de incredulidad.
- Ahg, está bien.- Chester acepta su mano a regañadientes por la caída de hace minutos.
Mike agarra la diestra de Chester y la posa en su hombro derecho con una extrema suavidad, como si fuera de cristal, para no golpearlo.
Lentamente van hacia la cocina, y Chester con un poco de dificultad logra sentarse en la butaca frente a la mesada de granito negro y observa lentamente a Mike mientras se mueve por la cocina en busca de ingredientes para preparar un desayuno digno de una persona como Chester, el mejor de todos.
Mike se daba cuenta de la mirada siguiéndole constantemente, y de vez en cuando le lanzaba sonrisas fugazes a Chester, lo cuál hacía que se sonrojase al máximo.
Cuando ya terminó de preparar el desayuno, Mike saca unos platos, cubiertos y vasos para servir el desayuno, él tampoco había desayunado todavía, y tenía mucha hambre, que se comería una vaca.
Ya servido el desayuno, huevos con tocino y jugo de naranja, y una taza de café, la bebida preferida de Mike y en un abrir y cerrar de ojos, Chester se había acabado el desayuno, y como la curiosidad de saber más sobre aquel misterioso hombre le empezaba a comer por dentro, comenzó a hablar.
- ¿Cómo llegaste aquí, Chester?.- Decía con mucha curiosidad, tomando pequeños sorbos de su taza de café.
Chester no quería hablar de esto con nadie, pero ya no aguantaba más, necesitaba desahogarse con alguien, y éste hombre parecía ser el indicado, de los que guardan los secretos hasta su tumba.
Pequeñas lágrimas brotaban de los hermosos ojos de Chester, marrones como el chocolate, eran los más hermosos de los que Mike había visto en su vida. Con un dejo de pena y tristeza, Mike dijo:
- Mira, si no quieres hablar de eso, no.. No hay problema, puedes decírmelo cuando sientas que es el momento, confía en mí, no se lo diré a nadie, siento que debo ayudarte, no puedo dejar que.. Que te p-pase lo mismo que... Que le pasó a B-Brad.
- Brad?.- preguntó Chester, la mirada de aquel hombre era la más triste que había visto, ese hombre quería ayudarlo. El único que quería hacerlo, y lo decía con mucha seguridad. Se lo iba a contar todo, e iba a clamar por su ayuda.
- Era mi mejor amigo, desde la infancia, se drogaba, y se suicidó, y yo no lo sabía, no pude estar ahí para ayudarlo, sufría de abusos sexuales por parte de su propio padre, y lo ayudé, pero luego nos separamos y ya no lo pude ver, un día de intensa búsqueda, lo encontré, muerto, en un callejón, con drogas y un arma en la mano, fue horrible.- Dijo Mike con nostalgia y mucha tristeza, aquel hecho le había marcado para siempre, y Chester podía notarlo por su mirada.
- Yo.. Te contaré todo, sólo.. Te ruego por favor, no me juzgues, y ayúdame, por lo que más quieras. N-necesito t-tu ayuda!.- Chester rompió en llanto, Mike fue corriendo a su lado para consolarlo y le abrazó fuerte, como una acción sobre protectora, no iba a dejar que otra alma inocente se vaya, un alma joven que tiene toda una vida por delante, no iba a dejarlo solo, iba a ayudarlo en todo.
- Tranquilo Chester, todo estará bien, confía en mí.- Mike acariciaba su espalda suavemente con movimientos envolventes. Luego Chester reaccionó. De una forma que no pensaba que lo iba a hacer. Nunca. Por más poco que lo conociera. Y fue la peor de todas.
- TU NO SABES POR LO QUE YO PASO! DÉJAME EN PAZ! NO NECESITO TU AYUDA!!.- Chester gritó, cruda y desgarradente, con una voz que ni él mismo sabía que tenía. No sabía porqué había reaccionado así. Lo único que sabía era que tenía rabia, y mucha. Y se iba a vengar. Por él y por su madre. Todo su sufrimiento iba a terminar. Sin importar las consecuencias. Ya no le importaba nada.
Con eso se fue corriendo de esa casa, en la que se sentía tan seguro. A ese infierno, a espera de la llegada de ese bastardo. Se iba a vengar. Y ésta vez, de verdad.

Valentine's day (bennoda yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora