Play With Me

Capitulo 7: Dulce venganza.

Estaba tan perdido pensando ¿Que rayos significaba la nota y las fotos?, Dave no quiere saber nada de mi, sólo hay otra persona que pudo enviar esto. Me vestí y tome las llaves y me dispuse a conducir a apartamento de Alex.

- ¿Hola?.- Toque la puerta repetidas veces, sólo que no obtenía respuesta, oía unos pasos de fondo muy lentos al parecer. - ¿Que quieres marco? me estoy follando a un tío muy bueno.- Tenía sudor por todo su cuerpo, cabello alborotado, tenía una toalla que cubría una fuerte erección.
Esta era una oportunidad muy buena para cobrarme un asunto de hace tiempo, por el perdí a Dave.

Lo jale del cabello y lo lleve a la habitación, ahí se encontraba el chico misterioso masturbandose parecía que ya llegaría al orgasmo. - Tu para.- lo apunto y en se detuve de la sorpresa al parecer no entendía nada. Puse de espaldas a Alex y con mi cinturón aprisione sus muñecas así no me daría problemas. - ¿¡Que demonios haces!?.- Tratando de zafarse con pocas esperanzas de soltarse obviamente.

Me puse de pie y susurre al oído algo interesante al chico que estaba con Alex, de inmediato una sonrisa apareció en el. Al parecer le gustaba la idea.
Me senté en la cama y desabroche mi pantalón saque mi polla y di varios golpes con ella en la cara de Alex.- Chupa rápido.- Lo dije en un tono tan seco y posesivo. El asustado empezó a lamer, no es muy bueno en esto al parecer. - Para deja que yo marque el ritmo, tu síguelo con la lengua de acuerdo puta.- El me miro con cara de odio, le dedique una sonrisa al otro chico y el entendió la señal ya que empezó a lamer el ano de Alex. Gemidos fuertes de el se hicieron presentes.- Para no ser pasivo nunca gimes como una perra en celo.- Comencé a burlarme de el.- ¡Vete al diablo marco!.- Este chico sabe como hacerme enojar lo tome de su nuca y le metí de golpe mi polla, las arcadas en su garganta se sentían increíbles, veía lágrimas en sus ojos y su respiración dificultando se. - Te gusta perra.- Empezó a gemir por las estocadas con sus dedos en su ano, cuando vio que tenía el terreno listo, introdujo de golpe su polla.

Sus gemidos eran lo únicos que resonaban en la habitación, yo seguía haciendo lo mismo de antes follarle la boca hasta que me vine y lo obligue a tragarlo todo. No pudo del todo y quedo un poco en mi polla. - Buena perra. Guardando mi celular, había grabado todo, el rápido empezó a maldecirme. - Eres un cabron. Diciéndolo con dificultad por las embestidas de Andrés lo descubrí con los gemidos de Alex.

- Venganza Alex.... Dulce venganza