Dieset.

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{Katherine}
Después de lo que había pasado pensé que al menos se quedaría un pequeño rato conmigo, pero no, corrió, huyó de mi como si le diera asco.
Una llamada interrumpió mi llanto {Desconocido}, tal vez sea Jason, y contesté.
-Antes de que digas nada, a Derek le das asco, un terrible asco, ¿Cómo pudiste acostarte con tantos en tan poco tiempo? No digas que lo hiciste por su culpa. Aunque... el vino a Denver por mí y te dejó sin decirte la verdad. Eres una maldita zorra que no merece el respeto de alguien, ¿Con gays Katherine, enserio? NOOONO, ¿Con tu mejor amigo?, Demonios, eres una zorra.- Me helé, no pude decir nada, su voz chillona taladró mis oídos al instante. 

¿Le doy asco? Fue de ella la llamada que recibió, maldita sea, ¡LE DOY ASCO!.

Jamás pensé que fuera a salírseme de las manos... yo... ah... lo amo, ¿Cómo pude hacerle esto?, el tono de fin de llamada llevaba medio minuto sonando cuando cancelé la llamada y subí a mi habitación.
Me quité lo que tenía puesto y busqué un súeter cualquiera y un pantalón de mezclilla, me quité aquellos estúpidos tacones de puta, y me puse mis muy cómodos vans rosas.
¿De verdad le doy asco?, saqué una navaja que me había dado mi padre antes de ir a un estúpido campamento cuando tenía 7 y la pasé varias veces por el interior de mi brazo izquierdo, los puntos de sangre comenzaron a surgir con brusquedad, junto con mis lágrimas que corrían por mis mejillas hasta mi cuello.
Tomé mis llaves y las atoré en mi pantalón, y salí, aún estaba lloviendo a cántaros, y no me importó, al menos traía suéter. Caminé durante media hora hasta llegar al edificio donde estaba Derek, estaba su auto afuera, al menos sabía que no había caminado en vano.
Mi brazo punzaba, levanté la manga del suéter y me encontré con mi brazo manchado, volví a bajar la manga y entré al edificio sin parar en la recepción.
¿Qué le diré?, Joder, ¿Para qué demonios vine?. El asensor me subió hasta el penúltimo piso y caminé hasta la puerta de Derek.
Esperé unos segundos hasta que el abrió y limpié el agua restante de mi cara, el también había estado llorando, pero yo estaba cortada, mojada y debatida.
-¿Qué haces aquí?- preguntó seco.
-Solo... quería disculparme- las lágrimas consiguieron salir de nuevo.
El me abrazó muy fuerte y yo hice lo mismo, puse mis brazos en sus hombros y su camisa gris comenzó a ponerse roja donde tenía mi brazo, mierda.
Bajé de inmediato mis brazos rezando porque no volteara a ver su hombro, desafortunadamente lo vió y se espantó, jaló de mi brazo derecho mentiendome dentro del apartamento y cerrando la puerta detrás de mi.
Vaya tenía un lindo interior en color caoba, me sentó en el sillón sin dejarme de ver, o al menos lo supe porque no pude subir la mirada.
Levantó mi manga izquierda y mis lágrimas se hicieron mas gruesas.
-¿Qué... porque?- me limpió la sangre que tenía dejando a la vista las cortadas, el estaba llorando.- Recuerdo una vez que en la escuela ayudaste a una chica que lo hacía, me dijiste que tu nunca lo harías...- y se rompió.
-¿Te doy asco?- pregunté al fin cuando logré verlo, su cabello estaba alborotado y su cara estaba gloriosamente... ¿Húmeda?
-¿Qué?
-Michelle me habló después que te fuiste... y dijo que te daba asco y... ¿Qué es lo que sabes?
-No quiero hablar de eso.- su mandíbula comenzó a formarse más y una de sus lágrimas calló en mi brazo.
-No Derek, dime.- y aparté mi brazo para luego bajar la manga... de nuevo.
-Me envió fotos- pausó unos segundos- de ti y... otros. James estaba ahí... y... había un chico que apareció algunas veces. Me lastimó bastante, Katherine.
- ¿Y crees que tu no me lastimaste a mi cuando me mentiste?- me levanté y caminé hasta la pared de enfrente, el me siguió con la mirada.
-¡ESTABA PROTEGIENDOTE!
-¡Maldita sea, Derek! Era mejor haberme dicho toda la puta verdad en ese momento y no arrastrar incluso a tu familia en esto.- le grité.- Además, ¿de que mierda querías protegerme?

-De ella.- seco, seco, seco, seco, seco.
-Ella no puede hacerme nada.
-Eso piensas tu.- se levantó y vino hacia mi con la frente arrugada.
-Déjame.- traté de caminar hacia otro lado, pero el me pegó a la pared poniendo sus brazos arriba de mis hombros, sus ojos quedaron enfrente de los míos.
-No, Ya no más, no pienso dejarte, ni siquiera un segundos, siempre fuiste mía, Te amo, y me amas.
-Derek...- lloré.
-No, Katherine, no me alejaré.- susurró mientras se acercaba lentamente a mis labios, si esto fuera una película quedaría muy bien, pero no lo es, no queda, no podemos besarnos ahora, no... Me besó.
Sus labios tocaron los míos, amo eternamente sus besos.
-No me dejes.
-No lo haré.- sus labios cubrieron los míos de nuevo, abrí mi boca un poco y el capturó mi labio con sus dientes mordiéndome.
Realmente extrañaban eso, extrañaba sus malditos labios, los extrañaba como se extraña el sol después de una eternidad de lluvia, los extrañaba como un cachorro extraña a su amo, lo extrañaba como una anciana extraña a su esposo después de la guerra. Lo extrañaba muchísimo.

Trataba de devorar sus labios con tal de obtener a cambio un poquito de lo lejos que habíamos estado. Lo amaba y ahora estaba segura. Me separé de sus labios y el juntó su frente con la mía, yo aún no abría los ojos. Estaba segura que cuando lo hiciera, su mirada penetraría tan adentro de mí que yo no podría contenerme y le haría el amor ahí mismo.

¡Valla! Hablé como un chico.

-Te amo, Katherine. Te amo, maldita sea.- Sonrió-.

-No quiero hablar de este tema por ahora, cielo. Solo quiero ofrecerte una disculpa. ¿Puedes perdonar a ésta tonta niña rencorosa? -Bajé mi mirada-.

-Eso es lo más sorprendente, no puedo estar molesto contigo, jamás podría estarlo. Espero también puedas perdonarme.- Hizo un puchero con su labio inferior-.

Aquel acto me causó cosquillas en el estómago y lobesé.

60 Días soltera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora