Quinque.

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-¡Mierda! -Corrí hacia Deborah.- Derek vuelva a la ciudad.

-¿Qué tiene eso de malo? Puedes acostarte con él, fingir amor, acostarte con él, que te compre cosas, acostarte con él.

-¿No estaría... Aprovechándome de... Derek? -bajé la mirada-.

-¿Tú crees que el muy idiota se preguntó si eso no te lastimaría cuando estaba a punto de engañarte? -Elevó mi cara-.

-La verdad, estoy segura de que se lo preguntó.

-Y sin embargo lo hizo. Vamos, ¿no quieres ser la una perra?

-Claro, pero no quiero que Derek esté involucrado.- Hice un puchero.- Diablos, quiero llorar.- Comencé a aventilar mis ojos con las manos-.

-Está bien, obvio no te obligaré a nada. Sólo recuerda que cuando empezaste en éste mundo, todo lo que querías era vengar al estúpido de Derek. Tú sabes.- Giró sobre sus tacones y se marchó-.

Me sentía una tonta, si Derek no se tentó el corazón para engañarme ¿Por qué lo haría yo para no aprovecharme de él? Y por muy idiota que se escuche, aún amo a Derek. Y creo que a un chico como él, ni la santa madre perra, ni la mismísima Deborah, podrían olvidar. Comencé a derramar lágrimas sobre una banca del centro comercial. Hasta que sentí una mano sobre mí hombro. ¡James! No lo pensé y me lancé a sus brazos, sollozaba como Magdalena y lloraba como una niña.

-¿Qué sucede, mi niña? Después de todo, te conozco mejor que ningún ser humano.- Se apartó de mí unos centímetros y sus ojos se clavaron en los míos-.

-De... Derek.- Logré articular y volví a llorar-. Creo que James lo entendió todo, no preguntó nada más, sólo me abrazaba y acariciaba mi cabello.

Después de unos minutos me calmé y decidí hablar.

-Quiero hablar con alguien-. Se sentó junto a mí en la banca y empezó a jugar con mis dedos, lo que me recordó a Derek así que rápidamente la aparté, y volví a verlo con los ojos cristalizados. -Derek y yo terminamos tiempo después de que tú dejaste de hablarme.- bajó la cabeza.- Lloré muchísimo, y después empecé a frecuentar con un chico llamado Jason...

-El del hospital.- Me interrumpió y asentí-.

-Gabin se puso mal, así que debimos viajar a Lakewood, en Colorado. Justo a lado de Gabin estaba Derek, el chiste es que intentó recuperarme, hasta nos besamos. Pero cuando volví descubrí que él me había engañado. Quise vengarme acostándome con cuanto hombre me provocaba. El problema es que él estará aquí en una semana, jamás lo confronté por haberme engañado, así que él no sabe que lo sé. Mi amiga puta quiere que me aproveche de él, y yo no quiero, porque lo amo. Me he comportado como una niña mala, ya no respeto nada, y siento que no es eso lo que soy ni lo que quiero.- Volví a llorar.- Y lo peor de todo, es que amo al idiota de Derek a pesar de todo.

-¿Y qué es lo que quieres? -Sonrió-.

-Por el momento, recuperar a mí mejor amigo.- Me acerqué hasta él y le planté un beso en la mejilla-. Nos quedamos viendo y él besó mis labios, yo le seguí, mi pretexto era que él había comenzado. Besaba maravilloso, ¿Cómo no lo besé antes?.


James condujo hasta su casa, el portón eléctrico se abrió cuando James pulsó el botón del control, y metió dentro el bellísimo Audi blanco.

Me recargué en el volante de espaldas, estaba desnuda y el claxon sonó en el porche. Ámbos reímos.
No puedo creer que lo haya hecho con James, mi... mejor amigo ¡DESDE LA INFANCIA!
-Oh Katherine-Lynn, eres tan...hermosa.- pasaba y pasaba sus manos por mi espalda.
¿Porque siempre dejo a los hombres llenos de colorete? ¿Tan salvaje soy?

-Gracias.- lo besé de nuevo, el mordió mi labio inferior y yo jadeé, estaba segura de que lo había reventado cuando vi un poco de mi sangre en su labio superior.
Su cabello estaba terriblemente despeinado, pero su sonrisa al verme tenía un brillo especial.
Maldita sea, me había aprovechado de mi mejor amigo. – ¿Podrías decirme la hora?- me puse la camisa sin sostén.
-Son las cuatro de la tarde.- sonrió mientras ponía de nuevo sus pantalones. Ojalá no se ponga la camiseta nunca.
-¡LAS CUATRO! Deborah va a materme. ¿Podrías llevarme a el departamento?
-¿Deborah? ¿No querrás decir Andrea?.
¿Andrea? ¡¿ANDREA?! ¿Qué había sido de ella? Demonios, no puedo creer que todo esto estaba pasando.
- Eh... no. Deborah es mi amiga y... ¿Puedes?.

Llegué al departamento, entré y cerré la puerta detrás de mí, Deborah estaba con... una... chica... y la estaba... Dios mío, no puedo creerlo, no puedo creerlo, no puedo creerlo, no puedo creerlo.
Salí de inmediato al ascensor, espero no me haya visto, no puedo creerlo, Jakub tenía razón.
Cuando por fin llegué a la planta principal había un chico de espaldas con una chaqueta de mazclilla en la recepción, NO. NO RANGEL. NO.
Mi bolso se calló, y cuando me levanté de recogerlo, el chico estaba viéndome.
¿Acaso este día no puede terminar ya?
-Hola- odio, ODIO cuando sonríe tan siempre, se ve tan hermoso.
-Hola.- contesté fría. Sé una perra, SÉ UNA PERRA. -¿No llegabas en 1 semana?
-Eso le dije a mi hermano, pero decidí venir antes y hospedarme aquí.- me tomó de la cintura, y me vió a los ojos, no, no me veas así, por favor, no soy buena... NO. Soy una perra, vamos Katherine.
-Derek...- susurré cuando el comenzó a besarme.
-Te he extrañado.- y me abrazó. Con esa sensibilidad tan especifica de él. Dios, como lo amo.
¿Pero que dices? Lo odias, te engañó... pero tu también lo hiciste y peor. Pero...pero... él y yo no somos nada.
-No somos nada...¿Verdad?- No pude evitar acurrucarme en su pecho, maldita sea, como extrañaba a este chico, Christian puede hacerme sentir como una Diosa, pero Derek me hace sentir como... una delicada princesa.
-Siempre hemos sido algo.- ¿Por qué Derek? ¿Por qué tuviste que decir eso? ¿Por qué tuviste que irte?- Que... que es lo que llevas puesto...
Oh diablos, vete ya, no te necesito, tengo al maravilloso de Christian.
No, amor mío, no te vayas, te amo.
¿Acaso mi cerebro no puede ponerse de acuerdo?
-Sólo ropa. Derek debo irme.- Giré y el tomó mi brazo-. Derek, ¡por favor! -Pedí-.

-Sólo no me cabe en la cabeza que hayas cambiado tanto, ya no eres la niña...

-¿Ilusa de antes? -Completé su oración-.

-Iba a decir que ya no eras tímida, ni tierna.- Me dedicó una mirada preocupada-.

-Losoy con quién lo merece.- Mentí, ahora ni con mi madre era tierna-. Además,sólo necesito tiempo, debo irme.- Me safé de su agarre y corrí antes de quedijera algo-. 

Mi Derek, mi hermoso Derek. Era igual que como lo recordaba, sucabello aún seguía siendo peinado hacia arriba, sus ojos aún brillaban y susonrisa también. Lo amaba.


60 Días soltera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora