Olvidando el olvido

3.2K 317 17
                                    

Victoria despertó otra vez desorientada. Hacia un mes que había llegado de Atenas y aun le costaba acostumbrarse a despertarse en su cama, sola. Cada día era una proeza. Lloraba más de lo que respiraba, todo le dolía, todo la estallaba, todo la ponía de la manera más sensible y ya no se soportaba a sí misma.

Necesitaba algo que la saque de su coma de tristeza. Gabriel se había ido al otro día de volver a Buenos Aires y no había intentado si quiera pasar la última noche con ella aun cuando sabían que iban a estar más de un año separados. Sin embargo se había emocionado hasta las lágrimas cuando ella le dio un cheque de una considerable suma para hacer del hogar una escuela refugio y para la organización de médicos. La había besado tiernamente en la comisura de los labios antes de poner su mochila al hombro y desaparecer con su motocicleta.

La había llamado dos veces en esas semanas y solo habían sido unos pocos minutos en donde le contaba lo bien que se sentía ayudando a gente tan necesitada. Ayudaba todos los que lo necesitaban menos a ella. Pero se sentía egoísta de pensar así.

Pero el domingo de la cuarta semana decepcionada de no haberse podido comunicarse con él recibió las palabras que lo explicaban todo. Una carta de Gabriel. Se quedo mirando el sobre un rato largo sin abrirlo. Se preparo café. Se acomodo en el sillón de la cocina frente al ventanal y se arrullo a sí misma en el gran suéter que Gabriel había dejado olvidado.

Suspiro profundo y abrió el sobre

"te escribo lo que mi boca no puede decir cuando estamos al teléfono, te escribo porque me sofoco cuando te escucho angustiada y me siento culpable por no estar con vos ayudándote a salir de tu tristeza, podría haber suspendido esto, no tenía obligación de cumplir ya con mi compromiso pero no podía.

Necesitaba irme, la verdad es que necesitaba escaparme de vos Victoria. Desde el momento en que nos conocimos mi vida comenzó a girar en un espiral sin fin. Me sacaste adelante desde mi dolor, me diste las respuestas que necesitaba para sobrevivir y resucitaste al hombre muerto dentro mío y cuando por fin lo tenía todo me di cuenta de que no te tenia... Me di cuenta de que tu piel te llevaba a otros lugares. Que tus ansias de sentirte deseada te empujaban a vivir apasionada, a vivir con la adrenalina al tope de tu sistema y sentí que no podía darte eso. Necesitabas vivirlo vos misma. Necesitabas vivir tus propias historias pero jamás pensé que ese camino iba a llevarte a enamorarte de Zaphyr. Jamás pensé que ese camino te iba a llevar tan lejos de mí hasta el punto de entregarle tu vida por completo a 0tro hombre.

Y me sentí quebrado.

Cada momento que pasaste con el siendo su mujer me sumieron en una oscuridad tan dolorosa que me costaba la vida disimular. Cada vez que te tuve en estos meses mi mente se convertía en un torbellino entre el deseo y la culpa y la última vez cuando fuiste mía en Atenas lo supe. Debía irme, debía alejarme y tratar de sacarte de mi alma, de mi cuerpo y de mi deseo porque mientras estuviera con vos solo iba a ser un escape para tu dolor de haber perdido a Zaphyr y no quiero eso para mí.

No quiero ser un escape, no quiero ser quien te contenga mientras lloras al hombre porque el que dejaste nuestros sueños de lado, sé que soy egoísta, se que te estoy hiriendo y créeme me estoy hiriendo mas a mi mismo.

Creí que iba a poder, creí que podría ser tu refugio más allá de todo y luego supe que no, cuando te veía llorando en el avión, llorando por él, me di cuenta de que no soy tan fuerte.

Necesito alejarme de verdad física y mentalmente de nosotros. Si pasa algo realmente importante vas a ser la primera en saberlo pero mientras tanto tengo que decirte adiós Victoria, por vos, por mí, por nuestro jardín. Si cuando regrese nuestras miradas vuelven a encontrarse y siento que todo sigue vivo no voy a dejarte ir nunca más... mientras tanto, amor mío...Adiós...

Victoria ( en edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora