CAPÍTULO 10-Especial 100 leídas (POV Cristina)"Hold my hand"

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Hola hola queridos lectores:3

Primero que todo, os quería agradecer las 100 leídas, sé que 100 leídas para algunas personas (la mayoría) son una mierda pero realmente me siento muy orgullosa:D

Muchas gracias por leer mi novela, de verdad, me alegráis el día, muchisisisisisisisisisisimas gracias<3

Quería deciros que estos días voy a estar en otro país y que no sé si voy a tener Internet y que además mi móvil es gilipollas así que seguramente no suba más seguido, pero cuando llegue intentaré compensaros:<

Y nada, sin más dila(ta)ción, os dejo por aquí el capítulio 10, que está narrado por Cristina. Nos vemos~

Lídia

Me desperté a eso de las ¿ocho? ¿nueve? No recordaba nada. ¿Quién me mandó beber tanto? Joder, me dolía la cabeza como si me hubieran dado un golpe con un puto martillo. Y no, aún no podíamos beber, no teníamos edad, pero allí nadie se enteraba de si tu carné era falso o si era verdadero, y en el primer caso, me da a mí que hacían la vista gorda.

Me levanté y observé el panorama: Xavi espatarrado en la cama, Lídia y Margo durmiendo plácidamente, creo que podría poner Skrillex a toda hostia y ni se enterarían.

Y luego vi a Guillermo. Y a Carlos.

Y recordé.

¿QUIÉN ME MANDÓ A MÍ BEBER?

Díos mío, qué había hecho...

Bueno, fue solo un beso, ¿no?

Y ni fue un beso, fue en la comisura.

Pero la verdadera pregunta era: ¿Se lo debía contar a Guillermo? Y Carlos, ¿se acordaría?

Me tropecé con una ¿Tabla de planchar? que había en la habitación en la que estábamos.

Margo abrió los ojos.

-¿Qué pasa? ¿Qué hora es?-Dijo adormecida.

-Uhm, ya no tenía más sueño y bueno, eso.-Dije riendo.

-Estás diferente sin el pintalabios.-Dijo Margo.

-Sí bueno, me lo regalo una persona muy especial para mí hará un par de años y decidí llevarlo siempre...-Hice una pausa.-Obviamente no es el mismo, me lo compro cada vez que se termina.

-¿Y significa algo?-Me preguntó Margo mientras se levantaba y me acompañaba a la cocina.

-Me gusta pensar que no importa la sangre derramada, que siempre podrás besar...-Dije yo.

Margo se quedó callada.

-Sí, sé que es algo raro, soy una moñas.-Reí.

-No, para nada, yo también tengo mis objetos fetiche... Como mi colección de diademas de flores... o mis followers de tumblr.-Rió Margo. Sin duda era una chica muy agradable. Hasta que hizo la pregunta.

-Y... ¿Quién te regaló el famoso pintalabios?

¿Se lo digo? ¿No?

Quería decirle la verdad, que me lo regaló mi padre antes de irse a la guerra, de ir a luchar y de no volver, quería llorar en su hombro, decirle que lo echaba mucho de menos o que cada noche me preguntaba si todo eso era un sueño, y si corría a la habitación de al lado, encontraría a mi madre y a mi padre, ambos felices de verme. Pero no, en vez de eso, se había ido, se había ido para siempre, y yo sólo podía llorar cada noche desconseladamente sobre la almohada, porque no había nada que yo pudiera hacer, pero nada en absoluto. Así que me dedicaba a poner una sonrisa, a pintar mis labios de rojo intenso, de rojo sangre, porque no importa cuanta sangre haya derramada, porque siempre van a haber unos labios sonriendo y listos para besar.

Bajo llaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora