Capítulo 17

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El dolor seguía ahí, mis costillas dolían. Todos estábamos en una habitación.
La habitación estaba oscura, la única sombra de luz era la que se asomaba por la rendija de la puerta. Esto paso por mi culpa, debía haberme alejado e hacerle caso a Charlie, pero ver a mi hermano, mi sangre, me fue imposible alejarme.
Al mi lado estaba Cristián, cuando sostuvo mi mano no lo logre y empecé a llorar sin más. El llanto se estaba deteniendo.
Deseaba que lo que vi en aquella puerta solo fuera una broma, pero todo estaba claro. La llamada que escuche, las veces en que no lo veía por días, él lo sabía desde el primer momento en que Andre desapareció. Pero estaba equivocada él no solo lo sabia, él se lo llevó.

—Saldremos de esto.—Susurro Cristián.

—¿ Qué sucederá si no lo encuentro?— Dije.

— Lo encontraremos.— Sabia que él lo decía para hacerme sentir bien, pero nunca volvería a estar bien. Los pedazos que he perdido no volverán a mi.

—¿Que quieres ser cuando seas mayor?

— ¿Qué?

— Lo que oíste.

— No lo sé. Creo que me gustaría ser Profesora.— Dije, era algo que siempre deseé.

— ¡Vaya!, estoy seguro que no me gustaría ser tu alumno.

— Eres grosero.

—Solo un poco. — Él estaba tratando de que olvidará que estábamos a punto de que nos pasara algo malo. Y se lo agradecí en mi mente.

— ¿Y tu? —Espere a que me respondiera, pero esa respuesta nunca llego. Él solo le dio un apretón a mi mano.

No sabia cuanto tiempo transcurrió aquí adentra cuando de repente la puerta empezó abrirse. todos empezamos a levantarnos. Unos hombres aparecieron, uno tomo mi brazo, me arrastro hacia fuera, intente quitarme sus manos de mi brazo,no logré hacerlo.
Mire hacia atrás, todos trataban de hacer lo que yo hice hace minutos atrás.
Los pasillos estaban sucios, vacíos, ningún ruido. Las paredes son de color verde musgo, todo aquí parecía viejo. Llegamos a una puerta. Era la misma donde nos atraparon a Charlie y a mi.
Ellos empezaron abrirla, estaban las mismas personas, mi hermano y él otro chico.
El hombre empezó a soltarme antes de hacerlo me tiro al suelo, caí, empezaba a levantarme, Cristián me detuvo.
Los minutos pasaban, nadie decía nada. Jhosua solo miraba a todos una y otra vez pero nunca a mí.

—Mirame —Dije con todas mis fuerzas.

Todos me miraron, al parecer no lo sabían, recordé que nos les dije que él era mi hermano.

— Pensé que eras más inteligente, hermana.

— No me llames así, dejaste de serlo hace unas horas.— Cada palabra dolía, pero intente que él no lo notara.

Mire a cada uno de los que venían conmigo, tenían golpes en sus caras. Todos me miraban y sabia que no podían creerlo.

— Sabes Cass, tu problema es que siempre ves el lado positivo de todo. Siempre crees que todo mejorara. Dejame decirte un secreto, no lo hará.— Lo mire con odio. Él no tenia el mínimo derecho a juzgarme.

— Lo hago por que creó que es posible.

— Lo haces por que eres ilusa.

— Y que más te da. Si lo soy o no.

— Estaba a punto de romperme a llorar.

Si él decía unas palabras más lograría que todo mi amor hacia él se desvaneciera.

— Solo esperaba que crecieras para decirte que te unieras a mi. Todo seria más fácil Cass, puedes hacerlo ya mismo. Y perdonarles por entrar a mi propiedad.
No lo logre más, salte, camine hacia él, estaba dispuesta a matarlo a golpes o por lo menos intentarlo.

— Si te acercas, le disparo a uno de ellos.—  Me detuve, él no era parecido al hermano que yo conocía, con el que crecí.

— ¡Eres un bastardo! , Eres peor que nuestros padres. — Lo mire con todo el odio en mi. Él empezó acercarse, me mantuve fuerte, aunque quisiera estar en una esquina llorando.

— No vuelvas a decirme que soy como ellos.—  Y luego su mano golpeo mi mejilla, lo mire con lágrimas en mis ojos. Él intento tocarme, me aparte.

Vi como los chicos empezaron a levantarse, y ir por mi hermano. Pero ellos no lograron ser lo suficiente rápidos y solo se escuchó un disparo. Mire hacia ellos, mi corazón dejo de latir. Él cuerpo estaba en el suelo, un pozo de sangre empezaba a salir de la cabeza de J.M.
Me gire hacia mi hermano.

— Sabes, me equivoque, no te pareces a ellos.— En su rostro empezó a formarse una sonrisa.

— Eres peor — Su rostro se contrajo. Y volvió hacerlo, me golpeo.

— No vuelvas a tocarla.—Era Cristián, lo mire.

— Que te importa a ti.— Mi hermano volvió su atención a mi dirección.

— No quería hacerlo, golpearte.— Mi ira aumentaba cada vez más.

— Pero no lamentas llevarte a mi hermano y venderlo, ¿cierto?

— Lo hice por su bien Cass, esa familia, le dará lo que nosotros no. — Lo odiaba.

Y recordé mi navaja, estaba en una de mis botas. Empecé a sacarla.

— Si intentas hacerme algo, toma las consecuencias, matare a cada uno de ellos frente a ti.— La deje caer.

— Como sabes que no puedo darle lo que el necesita.¿ Dime donde esta?

— Hará una diferencia que lo sepas.— La había.

— ¿ Donde esta?

— Te lo diré, pero con una condición. — Sabia que detrás de ello, había algo que me haría querer no saber donde estaba mi hermano.

— ¿Cuál?

— Debemos matarlos a cada uno de ellos, si aceptas, sabrás donde esta Andre. —Yo quería saber donde estaba mi hermano pero ellos también me importaban. Pero había algo mas importante que ellos y eso era mi hermano. Los mire, tenían que entender que lo sentía, que de verdad quería a mi hermano de vuelta.
Mis ojos estaban llenos de lágrimas. —Lo siento — dije en entre lágrimas. Todos me miraban con odio y les entendía, yo sentía ese sentimiento hacia a mi.
Me gire hacia Jhosua.

— Me dirás donde esta, pero yo los matare a ellos.

— Vaya, hermana eres mejor de lo que pensé. — Él tomo su arma pero antes de entregarmela, dijo:

— Lo hago porque ellos saben mi secreto, y nadie debe saberlo.

Tome el arma, él me seguía. Estaba lista , lo que estaba a punto de hacer lo recordaría el resto de mi vida. Y lo hice.

Tome el arma y disparé.

En pedazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora