CINCO

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La verdad es que Nathan me resulta interesante. Es algo que no me ha pasado nunca excepto con dos o tres personas a lo largo de lo que recuerdo de mi vida.
No me tiene miedo y ni siquiera intenta indagar en mi pasado o saber cuál es mi historia. Él simplemente se sienta a mi lado y habla de cosas cotidianas, por ejemplo, ahora se encuentra hablándome de cómo se enganchó al tabaco.
La historia es bastante entretenida, Nathan es de origen británico, nacido en Chester. Una familia muy normal, en la cual ninguno de los dos padres fumaba, pero poseían algunos típicos paquetes de tabaco que se regalan en las bodas. Un día, cuando él tenía nueve años y su hermana Holly únicamente siete, se encontraban rebuscando entre los cajones de su madre en busca de unas monedas para comprar caramelos cuando encontraron dichos paquetes.
Nathan fue al que se le ocurrió la idea de probar el tabaco. 'La gente mayor lo hacía constantemente, no veía razón para que yo, un niño mayor, no pudiera hacerlo' había comentado Nathan recordando su filosofía.
Sacó dos cigarros de la cajetilla de Marlboro y encontró un mechero en la cocina.
Cuando él absorbió el humo por primera vez, lo soltó rápido y sintió un regusto desagradable en que boca, pero a la vez se sintió satisfecho. Su hermana, le imitó rápidamente y cuando se habían "fumado" tres cigarrillos cada uno llegaron sus padres. Nathan salió corriendo a enseñarle a su madre como de mayor era porque fumaba.
La señora Rose, se rió. Les dijo que no se fumaba así, que tenían que inspirar muy muy fuerte y dejar que el humo entrara en sus pulmones y luego sacarlo. El padre le gritaba a su madre que estaba loca, que sus hijos se iban a enganchar. Emily (Sra. Rose) hizo caso omiso de las palabras de George y siguio animando a los dos muchachos a fumar bien. Después de pegar una buena calada, Holly estuvo devolviendo durante dos días. Nathan, por el contrario, iba robando cigarrillos a sus padres cada dos o tres semanas.
-Desde luego, mi madre no se imaginaba que eso iba a ser el comienzo de algo mas gordo-dice Nathan entre risas- Tendría que haber hecho caso al bueno de George... Si supiera lo acertado que estaba...
Me reí a carcajadas tras el comentario del rubio.
-Nathan, Nathan... Tan traviesillo desde pequeño... -la risa me impide seguir hablando.
-¿Y tú?- Pregunta
-¿Y yo qué?
-¿Cómo empezaste a fumar?
Me muerdo el labio inferior en busca de una piel muerta fácil de arrancar. No hay suerte... Miro hacia abajo e intento recordar algo. No hay nada más antiguo que el tacto suave de unas sábanas y el olor a desinfectante de un hospital. No recuerdo como empece a fumar, ni tampoco cómo fue mi primer día de clase. Sólo se que no es algo de mi nueva vida, pues cuando me dieron mis pertenencias, en mi chaqueta roja ya había un paquete de Marlboro en el bolsillo.
-Kaos... -Nathan intenta llamar mi atención
-Eh... -pienso algo rápido-Mmm... No fue nada del otro mundo. Tenía doce y mis amigas fumaban. Me dieron a probar y me enganché- miento
-Yo soy mucho más original que tú- la chulería se adueña de su tono de voz
-Si tú supieras...

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